¿Abuso de Autoridad?. Una denuncia más en contra de la directora de la UGEL Mariscal Cáceres. El reconocido jurista, ex registrador público de la región San Martín, Dr. Juan del Águila Cabrera, que hasta hace poco se desempeñaba como jefe de asesoría legal de la Unidad de Gestión Educativa Local Mariscal Cáceres-Juanjuí habría sido despedido arbitrariamente del cargo por la directora de esa entidad, Sofía Paredes Flores, sin explicarle el motivo de su cese.
Grande ha sido la sorpresa del abogado, del Águila Cabrera, que al retornar a laborar a la UGEL, luego de sus vacaciones, encontró con que otro legista ocupaba su lugar y un documento con el que fríamente y sin causal alguna le suspendían en sus funciones.
Juan del Águila en una carta dirigida a la autoridad educativa, cuestiona su proceder recordándole que “una persona y más aún un funcionario público, jamás debe perder la humildad y el valor de la educación por más grande que sea el pedestal donde se encuentre, del cual la directora hace alarde ante sus subordinados sin respetar su condición de modestos trabajadores”.
También, en el escrito increpa a Sofía Paredes que: “su mala actitud desdice el honroso encargo que le confió el gobierno regional para conducir los rumbos de la educación en esta provincia, así como descalifica su tan mentada “política de puertas abiertas” al magisterio que solo es simple discurso y letra muerta, pues no lo practica, solo lo enuncia para “beneficio propio”.
“Señora Directora, Sofía Paredes, siempre ha dicho en público, de que su “despacho”, está siempre dispuesto al diálogo de “puertas abiertas”, por ser la forma más adecuada para resolver un problema, sin embargo, cuando me apersoné a pedir me permitiera hablar con Ud., para que diera una explicación sobre el motivo de mi retiro, se fue dejándome desairado y ridiculizado ante el personal”, expresa.
Juan del Águila continua: “Pero le digo que yo sí salí decorosamente por la puerta grande y me despedí de mis compañeros de trabajo, porque jamás perderé el ser cortés y educado, por algo pasé por un centro superior de estudios como usted”.
Sin embargo, tal como señala el abogado, le queda el sinsabor amargo de no conocer hasta ahora la causa de su intempestivo despido, dejando sentada su posición que las reiteradas veces que fue encargado la dirección, cuando la titular se encontraba en comisión de servicios, “nunca ha recibido ni se ha hecho público queja alguna sobre mal desempeño funcional de mi persona, de ser así se hubiese conocido para los descargos respectivos”.
“Desconociendo las razones de su decisión, solo me queda felicitarla e invocar a ese santo que dice usted, ser devota, que una vez lo portó en el pecho, la bendiga en los actos que haya realizado o tenga que realizar en el periodo que le queda de su gestión. Estoy realizando las acciones que como abogado, creo debo hacerlo. Mil bendiciones”, concluye el defenestrado abogado.