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lunes, enero 20, 2025
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Valores en tiempos de pandemia

“Un exceso de virtud podría convertirte en criminal”, le dice Cefisa a Andrómaca, en ese diálogo que Jean Racine describe en su tragedia “Andrómaca”. Y en un editorial del diario ´Expreso, antes que este medio pasara a ser parte del estercolero, citan a Bertholt Brecht, quien dice que “Ningún honesto absoluto podría vivir”, citas que siempre me impactaron y que, de alguna manera, los he mencionado en muchos de los artículos que he publicado tanto en este medio, Voces, como en el diario Ahora.

La pandemia sanitaria no fue suficiente para sumir a nuestro país en el miedo, desconcierto e incertidumbre, porque la situación política es también terrible. Como si al dolor que siempre seguiremos sintiendo por aquellos familiares y amigos que nos dejaron, ahora también sentimos un pesar por el derrumbe moral que vemos en muchas de aquellas personas otrora decentes, sobrias, empáticas, amorosas, ecuánimes, de juicios lúcidos y a quienes habíamos tenido por décadas, y casi por toda una vida, como depositarios de la moral y a veces casi dotados de divinidad. ¡Miren, pues, a esos personajes que salen en la televisión. “¡Dios mío!, ¿por qué me has abandonado?” ¿Qué hicimos para que esa reserva moral se desmoronara de repente y nos hayan dejado en la orfandad más terrible del que ya nunca nos repondremos?

El Perú pareciera ser la caja que los dioses olímpicos regalaron al esposo de Pandora y que ella, imprudentemente, la abrió dejando escapar todos los males y enfermedades que terminaron asolándonos. Pero este mito en el Perú real se transforma en algo tragicómico porque ha aparecido un ejército de pandoras que pertenecen a todos los niveles sociales, económicos, políticos y culturales difundiendo sandeces que solo un fanático idiotizado termina creyendo: desde un premio Nobel hasta el más ruin analfabeto, alejados de toda lógica y razonamiento. Es el idiotismo total. Así estamos, y no es broma.

Para no seguir con el dolor de seguir descubriendo el derrumbe moral de muchas personas, he obviado hablar de política, pues tengo temor de quedarme sin amigos y es necesario preservar la salud mental, el equilibrio emocional, a falta de parques, bosques, espacios públicos que algunos se apropian en desmedro del interés común y que los alcaldes se hacen los tontos para no enfrentarse al problema. Tener una posición política nos ha sumido en riesgos terribles y, como dicen muchos, ya nada volverá a ser como antes, pues las disculpas y los perdones serán solamente eso: frases sin sentido.

La realidad de la vida nos enseña que los valores tienen cierto relativismo porque juzgamos, mayormente, a partir de nuestros propios intereses. Lean “Andrómaca” para que entiendan el verdadero significado de la frase. Por más que nos esforcemos en ser seres perfectos en la práctica de los valores, siempre será una entelequia; pero aun así, debemos esforzarnos en ser sinceros, para comenzar, y que el fanatismo y la obsecuencia no cieguen. Tal vez el valor de la probidad sea el de más significancia, como suma dela honestidad e integridad. Y no ser esos caricojudos sachaintelectuales que sus hipocresías los disimulan con sus calculados silencios y sus opiniones también calculadas y programadas. En el Facebook abundan, y los conocemos. [Comunicando Bosque y Cultura].

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