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sábado, enero 25, 2025
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Vírgen de Fátima, a 100 años de su aparición a los pastorcitos

Celebrando su centenario en 2017, el Santuario de Fátima es uno de los mayores referentes del culto mariano, al que acuden peregrinos de todo el mundo.

El lugar donde se encuentra el Santuario de Fátima, Cova da Iria, era hasta 1917 una zona desconocida de la parroquia de Fátima, en el municipio de Ourém. Ese año, un acontecimiento religioso cambió para siempre su historia e importancia. Tres pastorcitos, Jacinta y sus dos primos Francisco y Lucía, fueron testigos de sucesivas apariciones de la Virgen del Rosario. Visto con desconfianza inicial por la Iglesia, pero aceptado por el pueblo, el obispo de Leiria no reconoció el fenómeno hasta 1930. A partir de entonces, la localidad experimentó un notable desarrollo, que propició que Fátima ascendiese a la categoría de pueblo en 1977 y de ciudad en 1997.

La fama mundial del santuario se acentuó durante el papado de Juan Pablo II, declarado devoto de la Virgen de Fátima que, en 1982, se desplazó hasta allí en agradecimiento por haber sobrevivido a un atentado un año antes. En 2000, en su tercera visita al lugar, anunció la beatificación de Jacinta y Francisco, a los que el Vaticano atribuyó una curación milagrosa.

El 13 de mayo fue la fecha de la primera aparición, a la que siguieron otras el mismo día de los meses posteriores hasta octubre. Este también es el día escogido para las principales celebraciones de Fátima. Uno de los momentos más importantes es la Procesión de las Velas, la noche del 12 de mayo, durante la cual, los miles de velas de los fieles que llenan la grandiosa plaza del santuario dan a este lugar un ambiente mágico, de comunión y devoción religiosa. Igual de impresionante resulta la Procesión del Adiós, el día 13.

Pero cada mes, especialmente los días 12 y 13, miles de peregrinos llegan a Fátima guiados por su fe. Vienen de diferentes partes del país y muchos de ellos hacen el viaje a pie por caminos y pistas rurales. Para facilitar el recorrido, se ha señalizado un grupo de cuatro caminos de Fátima: el Camino del Tajo, el Camino del Norte, el Camino de Nazaré y el Camino de la Costa. Seguir estos caminos usando las señalizaciones en el suelo es muy sencillo incluso para los poco familiarizados con la región.

Incluso los no creyentes no pueden permanecer indiferentes cuando se encuentran en el santuario, por su grandiosidad, por la espiritualidad que se siente y por su simbolismo.

Al entrar en el Recinto de las Oraciones, en uno de los extremos se puede ver la Basílica de la Virgen del Rosario de Fátima, con su gran torre de 65 metros. En el centro se encuentra el monumento al Sagrado Corazón de Jesús y, en uno de los lados, la Capilla de las Apariciones, en el mismo lugar en el que la Virgen pidió a los pastorcitos que se construyese una capilla.

En el extremo opuesto, en 2007 se inauguró la Iglesia de la Santísima Trinidad – Basílica menor, una moderna obra de arquitectura de 125 metros de diámetro, sin apoyos intermedios y con capacidad para acoger a unas 8.700 personas. El proyecto es obra del arquitecto griego Alexandros Tombazis y en él también intervinieron otros artistas como los portugueses Álvaro Siza Vieira y Pedro Calapez. En el exterior, vemos una gran cruz de bronce, obra del alemán Robert Schad.

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