El fundo Yana Allpa, ubicado en el kilómetro 2 de la trocha carrozable hacia la comunidad de Vista Alegre, en la margen derecha del puente sobre la quebrada Juanjuisillu, se ha convertido en un referente académico y agroturístico para quienes desean conocer el cacao desde su origen. La finca, dirigida por el ingeniero Piter Silva, integra ciencia, tradición amazónica y una profunda conexión con los ciclos naturales, especialmente con la influencia de la luna en la agricultura, elemento clave en la cosmovisión productiva del maestro cacaotero.

La jornada inició con un desayuno a base de cacao, donde el chocolate caliente y el pan elaborado con este fruto anunciaron el eje central de la visita. El Ing. Silva, de trato sencillo y mirada apasionada, explicó que el cacao se aprende con todos los sentidos: observando el bosque, tocando la tierra, escuchando la vida del cultivo y entendiendo su relación con el entorno natural.
Uno de los aspectos más destacables de la experiencia fue el enfoque agroecológico basado en las fases lunares, una práctica ancestral que el investigador ha estudiado y armonizado con los principios de la agronomía moderna. Indicó que la luna creciente favorece el desarrollo vegetativo, mientras que la luna llena influye en la humedad del suelo y la capacidad germinativa. Sembrar en sincronía con estas fases fortalece a las plantas y mejora su rendimiento sin recurrir a insumos químicos, respetando así los ciclos naturales.
Durante el recorrido por las plantaciones, Silva mostró cómo se seleccionan las mazorcas madre, base de futuras siembras. Subrayó la importancia de elegir frutos sanos, de cáscara brillante y granos uniformes. También resaltó el papel fundamental del suelo como organismo vivo, que requiere cuidado y respeto. “La tierra es un organismo que responde a quien la escucha”, afirmó, mientras explicaba las técnicas de cobertura orgánica utilizadas para conservar la humedad y nutrir el terreno.
La ruta continuó hacia la zona de cosecha, donde los visitantes observaron el delicado proceso de corte de mazorcas, actividad que exige reconocer el punto exacto de maduración. Con movimientos precisos, los trabajadores retiran los frutos evitando dañar la planta. Luego inicia una de las etapas más determinantes del cacao: la fermentación.

En un espacio cercano, los participantes pudieron abrir mazorcas y extraer manualmente las semillas cubiertas de pulpa blanca. Silva explicó que este momento define buena parte del aroma, sabor y calidad del futuro chocolate. La fermentación, realizada en cajas de madera durante cinco a siete días, debe controlarse con precisión, pues allí se desarrollan las características organolépticas que identifican a un cacao de calidad.
Tras la fermentación, los granos pasan al secado al sol, proceso que garantiza su pureza. El ingeniero enseñó a identificar un grano correctamente seco: debe partir con un sonido firme y mostrar un color marrón uniforme. Finalmente, se mostró una breve demostración de tostado y molienda, que permitió apreciar cómo el aroma del cacao impregnaba todo el ambiente.
Más allá del componente técnico, la experiencia en Yana Allpa es una vivencia agroecoturística integral. La finca recibe a estudiantes y viajeros interesados en el agroturismo, un segmento en crecimiento. La conexión con la naturaleza, el aprendizaje participativo y la posibilidad de degustar cacao fresco y chocolate artesanal hacen que este espacio destaque entre las alternativas de turismo vivencial en la Amazonía.
El entorno natural y la calidez de la familia Silva generan un ambiente propicio para reflexionar sobre la importancia de valorar los productos amazónicos y el conocimiento que sustenta su sostenibilidad. El ingeniero recalcó que la finca es fruto de años de trabajo y una relación profunda con la biodiversidad. La visita concluyó con la certeza de que el cacao es mucho más que un cultivo: es una forma de vida que une ciencia, tradición y respeto por la tierra.

Además, la finca cuenta con un taller de costado y molido de pasta de cacao, que enriquece aún más la experiencia del visitante. Este espacio permite conocer el proceso artesanal posterior a la cosecha, ofreciendo una mirada completa al ciclo productivo.
Yana Allpa se presenta así como un lugar donde turismo y educación convergen, permitiendo que más personas descubran la riqueza agrícola y cultural de la selva amazónica.
Informes: +51 951 480 815
Por: Tomas Cotrina



