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lunes, diciembre 2, 2024
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Yo también quiero ser alcalde de Moyobamba (1)

pastillas para no dormir
Alonso Ocampo
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A lo largo de estos últimos años he sido testigo de candidatos mediocres que luego llegaron a ser alcaldes, de campañas electorales que no son precisamente espacios de debate que promuevan políticas a favor del desarrollo integral de Moyobamba, la improvisación es moneda corriente, el año 2010 y con la urgencia de presentar los planes de gobierno ante el JNE el colaborador de uno de los candidatos favoritos en Moyobamba me pidió que le enviara  planteamientos en lo que respecta a la la seguridad ciudadana para insertarlo como ofrecimiento de campaña, poco importaba que perteneciera a otra jurisdicción.

Es grato comprobar que existen muchísimos ciudadanos de incuestionable amor por Moyobamba  que están resueltos a participar en la política local porque quieren frenar el menoscabo de la institucionalidad municipal y luchar contra el incesante deterioro urbanístico de nuestra ciudad. Están dispuestos a integrar una lista de regidores para ofrecer su tiempo, trabajo y profesionalismo con el objetivo de recuperar el Concejo Municipal, como foro político, de propuestas institucionales, de desarrollo local y de férrea fiscalización que combata cualquier indicio de corrupción.

La posibilidad de postular ronda la cabeza de muchos moyobambinos porque resulta inadmisible que algunos instrumentos de gestión municipal como el RAS (Régimen Administrativo de Sanciones) y el TUPA (Texto Único de Procedimientos Administrativos), en el primer caso aún no se culmina y  en el segundo se encuentra totalmente desfasada. A pesar de la existencia de esta grave situación no se observa ninguna voluntad política de acelerar el marco normativo funcional para que la corporación municipal camine acorde a los nuevos tiempos y necesidades. Esta penosa situación además de ubicarnos como un gobierno local informal, impide que la ciudad reciba incentivos económicos por cumplimiento de metas por parte del MEF y lo más grave: no se puede sancionar a los infractores de las ordenanzas municipales.

Las principales calles de Moyobamba prácticamente han sido tomadas por ambulantes contando para ello con el silencio cómplice y la inacción de un gobierno local que sorprendentemente no aplica sus propios instrumentos legales que ordenan la ciudad. Resulta imposible dejar de mencionar el caótico tránsito sin que se note ningún tipo de medida que conduzca a resolver el problema. Esta ausencia de autoridad ha convertido nuestras calles en un peligro inminente por la informalidad reinante en todo el sistema de transporte urbano. Urge convocar a la Comisión Técnica Mixta, tal como lo señala el Reglamento Nacional de Tránsito, para buscar soluciones, en paralelo la Sub Gerencia de Transporte y Seguridad Vial debería disponer la realización de operativos permanentes en coordinación con la PNP para formalizar el sector y a través de ello tener la posibilidad de descubrir delincuentes disfrazados de mototaxistas.
Es increíble que no se fiscalice con severidad a “bares” y “hospedajes” que a la sazón son prostíbulos o nido de delincuentes, tan extraño como eso resulta la expedición licencias de funcionamiento a negocios que no cumplen los requisitos legales. De otro lado desconcierta el hecho de que hasta la fecha no se haya usado el sonómetro para imponer sanciones a quienes emiten ruidos que sobrepasan los decibeles permitidos. El sonómetro, como muchos saben, es calibrado por el INDECOPI de Lima y debe hacerse cada dos años, cualquier sanción impuesta que se haga sin el requisito de calibración podría ser impugnada por el infractor en la vía administrativa. El sonómetro de la Municipalidad Provincial de Moyobamba fue calibrada por última vez en diciembre de 2011.

Habrá que reformular la relación empresariado, vecino y municipalidad, porque si bien es cierto la prioridad A1 de cualquier gobierno local son sus ciudadanos, ello no debería significar medidas persecutorias contra el empresariado ya que finalmente genera trabajo y dinamizan la microeconomía local. Fomentar y promover la actividad empresarial con respeto a las normas legales y de convivencia social permitirá crecer sostenidamente a nuestra ciudad conforme señala el artículo 73 de la Ley Orgánica de Municipalidades.

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