Si hay algo que hay quedado claro en los últimos tres meses, desde la campaña por la segunda vuelta electoral, pasando por la reacción fujimorista ante su derrota y las acciones que está tomando con su falsa mayoría en el Congreso (pues en realidad sólo debería tener 52 congresistas, reflejo del 39% de la votación que obtuvo, pero que un sistema aberrante llamado “cifra repartidora”, creado por el mismo Fujimori para asegurar su predominio, ha permitido), si algo ha quedado claro es la estructura profundamente aberrante de este fenómeno de patología social llamado “fujimorismo” que ha logrado enquistarse como un tumor maligno en un pueblo mayoritariamente poco informado como el peruano.
El fujimorismo está basado en la ignorancia y la nula información política de un gran porcentaje de personas, tanto en los estratos lumpen urbanos como en las zonas rurales más olvidadas. El fujimorismo no tiene nada de “popular”, como el nacional-socialismo hitleriano no tenía nada de “socialista”. El fujimorismo es “el lado oscuro de la Fuerza”, como en una conocida saga cinematográfica. Es el lado, que, basado en el engaño y la manipulación, cree que puede obtener los objetivos políticos y subalternos que se ha propuesto. El fujimorismo es al Perú lo que Trump es a EEUU, Putin a Rusia, o Maduro a Venezuela: una degradación de la política, reducida a la adquisición de poder a fin de satisfacer los más elementales instintos de poder de un grupo corrupto que desde hace 15 años no se ha resignado a perderlo.
El fujimorismo como dice Gustavo Faverón “…construye dos mundos imaginarios en los que quiere vivir a la vez. En el primero, Keiko Fujimori es una especie de presidenta virtual. Cree que le han robado las elecciones y quiere gobernar bloqueando leyes ajenas e imponiendo las propias. Ese gobierno fantasma no difiere mucho, en su mecánica, de una cacería de pokemones: imágenes ilusorias sobrepuestas al mundo real. Su líder es un avatar de Keiko Fujimori que envía mensajes presidenciales desde un palacio de cartón vía Youtube, Facebook y Twitter. En el segundo mundo imaginario, los fujimoristas se han convertido (………..) en seres críticos, que objetan todas las acciones del gobierno de Kuczynski (desde sus proyectos legislativos hasta sus nombramientos, pasando por sus rutinas de calistenia y sus zapatillas). En efecto, en esta segunda distopía, los fujimoristas se han vuelto seres críticos, que objetan todo pero son incapaces de construir un argumento y se convierten rápidamente en objeto de burla. En ambos casos, están viviendo fuera de la realidad y, por tanto, más cerca del sitio que deberían ocupar siempre”.
El fujimorismo ha permitido en los últimos días en el Congreso peruano, que se impida dirigir la Comisión de Descentralización al hombre más capacitado e indicado para tal menester: César Villanueva Arévalo. Sin embargo, lo más grave no sólo es que San Martín se haya quedado por este año sin una Comisión de Descentralización que pueda empujar con éxito los más caros anhelos de su pueblo, sino que aquellos, que deberían haber apoyado a un amazónico capaz en la Presidencia de la Comisión, los tres congresistas del fujimorismo por San Martín , que, juntos los tres, no alcanzan a igualar la votación de Villanueva, hayan preferido preterirlo con la intención de obstaculizar su acción en el Congreso en pro de la regiones olvidadas por el centralismo secular y cuya máxima expresión se dio en la época de la dictadura fujimorista, cuando se sustituyeron los gobiernos regionales por los malhadados y corruptos CTARs.
La reacción de Villanueva ante el despojo que se le ha hecho en el Congreso, no tanto a su persona, sino especialmente a San Martín, ha sido mesurada y ponderada, como es usual en él: dijo que este hecho “no nos baja las fuerzas” y que continuará impulsando “una política descentralista, que es sin duda alguna administrativa y burocrática frente a la necesidad de darle oxígeno y fuerza a una descentralización, donde haya equidad en el país”. Es positivo que César Villanueva esté en importantes comisiones con gran contenido social. Merecía ser el Presidente de la Comisión de Descentralización, pero el Leviatán fujimorista aliado con los tres tristes tigres traidores a San Martín en el Congreso, se opuso. Tal vez por ahora sea lo mejor, pues podrá hacer escuchar su voz clara y distinta en Comisiones tan diferentes como Inteligencia, Presupuesto, Descentralización, Regionalización, Gobiernos Locales y Modernización del Estado, Pueblos Andinos, Amazónicos y Afro-Peruanos, Ambiente y Ecología, que demostrarán el dominio y capacidad de Villanueva en los temas más diversos que atañen a la gobernabilidad.