A nuestros lectores, respetables amigos de Morales, el vecino distrito. bañado por las aguas del Cumbaza, nuestros sentimientos de pesar, y consternación, al conocer la infamante noticia; hordas o grupos de maleantes juveniles, fumones y drogadictos de la peor calaña, han tomado parte de nuestra ciudad.
Como si Morales fuera una urbe perdida en la selva, sin protección alguna, sin policía, sin serenazgo, sin siquiera la no muy grata presencia de ronderos, vecinos abandonados por las autoridades que alguna vez los eligieron, hoy sufren la alucinante presencia nocturna de grupos cada vez más numerosos de infelices y miserables fumones de pasta básica y de marihuana, que se han apoderado de sectores en los que habitan grupos familiares, que; por su condición económica precaria, no pueden trasladar sus hogares a sectores menos peligrosos.
Residentes de la zona expresan sus temores y gran preocupación ya ningún vecino puede transitar cuando se hace de noche. Las niñas están terminantemente prohibidas de salir. El atrevimiento de estos canallas no tiene límites, durante las últimas horas de la madrugada el coro de agravios y groserías de los malandros no permiten que los vecinos puedan conciliar el sueño, además del consiguiente y natural temor de los pobladores.
Ante la inoperancia de policías y serenos, vecinos moralinos estarían considerando acudir en grupo, al Campamento Militar para solicitar apoyo y protección del Ejército.
Obviamente eso no sería posible porque se requiere de una gestión especial, después de la anuencia del Ejecutivo.
La inacción del municipio moralino y su autoridad el actual Alcalde; el mismo que aparentemente estaría inhabilitado, por supuestas alteraciones mentales, según versión de un profesional de la medicina del cerebro, debería mover al actual Alc. De la Provincia de S. M., a fin de que genere acciones de protección y ayuda. El comando nunca muere. El alcalde, Carlos Pilco no estaría en actividad a raíz de su dolencia mental, el provincial está en la obligación de hacer efectivas las acciones pertinentes, el JNE. ¿No debería vía su principal en Lima, ordenar la vacancia temporal de este alcalde que estaría sufriendo una prolongada enfermedad mental, que se remontaría a la fecha del inicio de su mandato? Es inhumano que un hombre enfermo de la mente sea obligado a ejercer un cargo importante como lo es, la Alcandía de Morales.
La solución al problema debe darse de inmediato; llama poderosamente la atención que los regidores en su conjunto intenten ocultar sucesos realmente bochornosos. En todo caso porque el primer regidor y/o el gerente municipal no toman las riendas del municipio. Está muy cercano el termino del mandato del Sr. Pilco, cualquier acción, contemplada en la ley será probablemente bien aceptada por la población. A grandes males, grandes remedios. Ojalá que esta penosa experiencia que le ha tocado vivir a los ciudadanos moralinos sirva de ejemplo también para que otros pobladores de la región voten con inteligencia el próximo 07 de octubre.