No se trata de edad, no se trata de estado de salud, la anulación del indulto a Alberto Fujimori, es solo sentenciar que las cosas no se hicieron bien en su momento y que a todas luces, el 24 de diciembre del 2017, vivimos un episodio vergonzoso que solo demostraba que el negociado estaba consumado: No vacancia = Indulto.
Siempre exigimos justicia, y es lo que los familiares de las víctimas de La Cantuta y Barrios Altos exigían, y ayer les dieron la razón.
El Juzgado de Investigación Preparatoria de la Corte Suprema anuló el indulto y ordenó la captura de Alberto Fujimori y dentro de sus argumentos indica que el indulto otorgado se realizó en circuntancias en que el Perú se encontraba en una grave crisis política para el ex presidente Pedro Pablo Kuczynski, pues enfrentaba una moción de vacancia en el parlamento que no prosperó por 10 congresistas de Fuerza Popular, quienes al último momento se abstuvieron de ejecutar su voto parlamentario. Tales abstenciones tenían como objetivo el otorgamiento del indulto.
A todas luces un negociado que permitía la permanencia de PPK en la presidencia, quien luego de unas semana tuvo que renunciar y que ha causado indignación en un buen sector de la población peruana.
Es eso lo que se debe ver ahora, que las formas cómo se otorgó el indulto no estaban dentro del marco legal de nuestro país.
Los militantes de Fuerza Popular pusieron el grito al cielo ante esta determinación, que en su momento criticaron, y hasta rechazaron la participación de los congresistas que se abstuvieron a la votación contra la vacancia.
Un día histórico para el país, que reconoce a las víctimas de delitos, pues los delitos de homicidio calificado y lesiones graves, constituyen crímenes contra la humanidad, según el Derecho Internacional Penal.