Por Ricardo Quevedo
Nadie quiere que el MRTA vuelva una vez más a las andadas agitando acciones sociales en los medios rurales y urbanos de esta parte del país. Las autoridades siempre dicen, como lo acaba de manifestar el Coronel Mayer, que los hechos de la gigantografia con mensajes del MRTA, aparecidos el domingo por la mañana en el puente del Bulevar del distrito de Morales, simplemente es un hecho aislado.
Miremos en qué circunstancias los movimientos subversivos se presentan en el país. Un SENDERO LUMINOSO, con Abimael Guzmán a la cabeza, cabecilla éste que viene purgando cadena perpetua; el MRTA, con Polay Campos a la cabeza, cabecilla éste también que viene cumpliendo cadena perpetua. Ambas cabezas de estos movimientos no eran faltos de instrucción, ni mucho menos de preparación; ambos miraban a la sociedad para llegar al poder, desde una regla de juego de los condicionamientos.
¿Cuáles eran los condicionamientos?
Si te identificas por nuestra causa, estás con nosotros. El pronombre plural con nosotros significaba identificarse con sus ideales, con sus aspiraciones y con sus propias amenazas literales de muerte. Si estos movimientos subversivos hubieran hecho escuela con sus ideales y sus aspiraciones de llegar al poder, la sociedad de hoy sería una sociedad de izquierda.
Los ideales se sustentaban con los libretos de Carlos Marx, Lenin, Mao Tse Tung, José Carlos Mariátegui. Personajes estos que retratan la sociedad desde un punto de vista de la reivindicación de las clases sociales.
Si estos movimientos se hubieran basado en estos ideales de generación en generación, tuviéramos una sociedad concientizada en la lucha por los ideales para alcanzar el poder; lástima que pesó más los condicionamientos de la muerte. Por ello la sociedad los rechazó a estos grupos, porque más pesó la táctica de sus controles políticos dirigidos con amenazas de muerte, dejando en segunda y hasta en tercera importancia a sus propios ideales de bandera socialista y a sus propias aspiraciones de visión política.
Sea un hecho aislado o no, a estas apariciones periódicas de estos movimientos, siempre habrá que mirarlos con respeto, pero con prudencia, para no subjetivisarlos al extremo. Porque en una sociedad el enemigo no es el que piensa contrario a ti; no es el que actúa contrario a tus propias actitudes. El enemigo es el sistema: el modelo económico con receta mundial que nos gobierna.
Este es el verdadero enemigo que la sociedad peruana hace ratos que los hubiera conocido, y como tal conociéndolas los hubiera rechazado. La sociedad por sí sola estaba muy lejos de tomar conciencia de este verdadero enemigo; entonces aquí era el momento tanto para SENDERO LUMINOSO, como para el MRTA, en quienes debería haber descansado la prédica permanente de estos ideales y de sus aspiraciones y visiones políticas; lástima que pesó solo la amenaza de muerte, por ello desaparecieron estos grupos y con ello desaparecieron los encumbrados jefes y caudillos, quedando el país a vivir confundido para siempre en lo que a política gubernamental y económica se refieren.
Ahora ¿quiénes son los que permitieron la aparición de esta gigantografía con el mensaje alusivo al MRTA? ¿Se les puede llamar remanentes? ¿Se les puede llamar resocializantes? ¿Se les puede llamar grupos en reorganización? ¿No serán acaso parte del mismo MOVADEF, convencidos de que la tercera característica que tenían eran las amenazas y consumación de la muerte y esto no les daba ningún rédito político más que el hartazgo y la desaparición total de estos movimientos incluyendo a sus propios jefes y caudillos?
Lo cierto es que la sociedad hoy en día no tiene ciudadanos con ideales políticos de peso doctrinario, ciertamente sigue habiendo y siempre habrá ciudadanos con aspiraciones políticas únicamente por el afán económico; la amenaza de muerte también sigue haciéndose presente. Pero al mismo tiempo tenemos ciudadanos con poca o ninguna cultura política.