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sábado, abril 27, 2024

Por ahí… sí…

Despertar con un deleite supremo de placer es lo más rico de los nuevos comienzos. Soy salvaje y no puedo evitar el llamado de mi sangre, así que la dosis de fuego seguirá extendiéndose entre líneas.

“Año nuevo, vida nueva“, esta frase siempre aparece dándonos la esperanza de que todo será mejor y lo llegamos a creer, puesto que la mayoría de personas en sus felicitaciones dicen frases como : “Que este año consigas tus deseos”, “Que en este año encuentres la felicidad”, “Que en este año te llegue salud, dinero y amor” y tantas otras, como si el nuevo año fuera el genio de la lámpara y nos concediera todo lo que deseamos sin esfuerzo alguno.

Se supone que un nuevo año debe traer una maleta cargada de buenas vibras, retos, emociones, sueños, pero este 2019 no tuvo un buen comienzo. No quiero ponerme trágica, pero es la verdad. Iniciamos con otro feminicidio en Tacna, una muerte más, una mujer menos. Si así iniciamos, no quiero imaginar cómo vamos a terminar.

En octubre del año pasado la Defensoría del Pueblo propuso que el nombre para este 2019 sea el “Año por la igualdad y no violencia contra niñas y mujeres”, en noviembre la Mesa de Mujeres Parlamentarias Peruanas del Congreso propuso que sea el de “Año de lucha contra la violencia hacia las mujeres y la erradicación del feminicidio”. Es preocupante, estos temas están como una herida sangrante. La violencia de género sigue predominando y definiendo a toda una nación.

La resaca de año nuevo sigue, los nuevos representantes ya juramentaron en todos los rincones del país, salen algunos y entran otros. El poder se mantiene y la corrupción sigue llenando las calles. Sacan fiscales, el pueblo se levanta, se retractan de sus decisiones y así la política sigue jugando en la montaña rusa. Todo esto sucedió en los primeros días, todavía faltan 362 días más. ¡Que Dios nos encuentre confesados!

Nuestras acciones definen nuestro futuro como sociedad, si queremos generar un cambio, empecemos haciendo las cosas de manera distinta. Si no queremos corrupción, dejemos de ofrecer coima o pasarnos la luz roja del semáforo; si queremos un país sin violencia, dejemos de incrementar odio y de criar a niños machistas que serán futuros monstruos asesinos.

Asusta tener un país en el que la violencia está presente en las calle, en el trabajo, en la escuela, en la casa y en las redes sociales, en donde se propicia con mayor fuerza ideologías negativas, discriminación y falta de identidad con nuestros orígenes.

Que este 2019 sea distinto. Digamos ¡No! a todo acto de violencia física, verbal y psicológica. Sembremos cosas buenas para cosechar una mejor sociedad y decir: POR AHÍ, SÍ… Sí a los sueños, sí a las metas, sí a la vida y por qué no, sí al sexo y sí al amor…

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