La coyuntura actual que pasamos los peruanos no es para menos. Vivimos realidades sociales, políticas y jurídicas que nos impusieron. No se está castigando al delincuente como debe ser un castigo ejemplar. Muchos están saliendo de las cárceles a cometer el mismo delito con más salvajismo, con más rudeza y con más animalismo de fiera descontrolada. El Estado incipiente que tenemos no responde a las expectativas del ciudadano. El Estado peruano desde varias generaciones de gobierno fue asaltado por gobernantes que decían dar su vida por el servicio del país, cuando lo primero que hacían y siguen haciendo es servirse del poder que el Estado les confió.
El Estado es el botín que muchos anhelan. Esperan angustiosos que lleguen los procesos eleccionarios. Ahí los tenemos a los actuales candidatos, que poco les importa del corto tiempo que tendrían al estar en el Congreso si salen elegidos. Simplemente estos candidatos que tenemos, en forma general y de una manera particular los de la zona de San Martín, quieren hacerse conocidos para que intenten una vez más en las elecciones del 2021. Una gran oferta para ellos. Porque saben que el Congreso peruano paga bien y en grandes derroches a los llamados legisladores, que de legisladores y fiscalizadores no tienen absolutamente nada.
Si alguien habla de legislación, únicamente habla en representación de su sector. Hasta gente discapacitada (con todo el respeto de algunos que sufren algunas limitaciones físicas y mentales), pretenden llegar a este Congreso, para que hagan de éste su legítimo trampolín, mientras que la gran mayoría del peruano sigue pateando latas de trampolín en trampolín. Hasta los homosexuales reclaman una curul. Que no se mal interprete que esto es discriminación. La prensa, la televisión y los periodistas se comen la justificación de que vivimos en tiempos modernos y que el matrimonio civil del gay ya fue un tabú superado como lo vienen haciendo algunos Estados extranjeros. No responsabilizo en absoluto a esta gente de su orientación sexual. Si se sienten a tener una vida feliz así. Nadie les quitará su opción decidida, pero no intenten cosas que no les compete.
Consecuencia o no de esta orientación humana, la sociedad cada día se derrumba a pedazos, los criminales aumentan, los feminicidios están cada vez más galopantes, los asaltos a negocios y financiaras aumentan a montones, los jueces y fiscales siguen jugando con la tranquilidad del pueblo al sembrar cada día total inseguridad cuando no juzgan como deben juzgar y cuando sueltan a ranqueados delincuentes y ladrones de las cárceles.
Hemos perdido muchos periodos de gobierno que desde el Congreso los que salieron elegidos no hicieron en absoluto nada por el bien de la seguridad del país, por el bien de la tranquilidad económica del ciudadano. En este contexto mucha gente mafiosa del fujimorismo pretende tomar por asalto una vez más el Congreso. Una gran mayoría de elegidos que podrían ser novatos, le hará más daño al país. No por el hecho de haber sido luchador, como decía una candidata en Tarapoto. O no por el hecho de ser demasiado joven, como hay algunos zalameros con intereses económicos, que vienen haciendo campaña a favor de ciertos candidatos. Esto no faculta para tamaña responsabilidad que no estarían a la altura del poder legislativo y fiscalizador.
De nada sirve tampoco que llegue un experimentado al Congreso, porque la experiencia ya nos demostraron que lo tienen únicamente para organizarse a través de mafias, como volverán a intentar una vez más los destituidos ex congresistas para que busquen desde el Congreso la vacancia del presidente Vizcarra. Quieren sacarse el clavo, y sobre todo quieren tumbarlos a estos aguerridos fiscales Rafael Vela y Domingo Pérez, por las cinco nuevas evidencias que vienen analizando para que sea incluida en nuevo proceso penal a Keiko Fujimori.
Para esta acción arremetida contra la justicia, la mafia fujimorista se apoya en tres impresentables fiscales supremos (Tomás Gálvez, Pedro Chávarry, Víctor Rodríguez), quienes celebraron la excarcelación de Keiko, y quienes al mismo tiempo vienen haciendo lo imposible para que el heroísmo de Rafael Vela y Domingo Pérez, no lleguen a la segunda estocada para que Keiko una vez más termine en prisión preventiva.
Por estas pretendidas arremetidas de la mafia del fujimorismo, se requiere que lleguen al Congreso gente pulida mentalmente, con la coraza de romper con toda mafia política venga de donde venga, que trabajen por la problemática del país, no por los problemas particulares de algunos sectores de la sociedad; que conozcan a profundidad la urgencia del cambio radical de las leyes de este país, para tener una nueva Constitución y un nuevo código penal, que faculte de una manera radical acabar con el delito de todo tamaño y género.