la columna del editor
Lenin Quevedo Bardález
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Hace algunos días estuve en un evento en la capital de la República, hasta el que llegaron periodistas de las más diversas regiones del país, que contaban además la experiencia que tenían en el mundo de las comunicaciones.
Los relatos incluían casi siempre la detención del responsable en casos que iban desde lo más diverso: tráfico de drogas, combustible o mercaderías por ejemplo en la frontera; casos de corrupción sancionados, por temas menos escandalosos de los que se han tratado en la región San Martín. Es decir, casos de la más diversa laya, que tiene a sus responsables detenidos o por lo menos siguiendo sus procesos fuera de la institución en la que laboran, inhabilitados o condenados.
Lo que me extrañaba, que a pesar de relatar los hechos que suceden en nuestra región, a pesar de los escándalos, con funcionarios que entregan la maquinaria de la institución en la que laboran como si fuese suya o incrementos exacerbados de los presupuestos de las obras, entre otras muchas cosas, en San Martín no pasa nada.
Nuestro sistema judicial, empezando desde las fiscalías y culminando con las sentencias, no sanciona más que a algunos chivos expiatorios, pero los peces grandes, parecen estar del lado ciego de la justicia.