Por: Ricardo Quevedo
¿Hasta cuándo los docentes del país estarán resignados a su propia suerte? ¿Qué está pasando con una grande mayoría de maestros que se encuentran más que descontentos por esta desigualdad de niveles que últimamente la masa magisterial del país es testigo? Al darse esta desigualdad de niveles, el efecto es la desigualdad económica. Esto es una injusticia y que tiene que haber una respuesta satisfactoria, pero inmediata de parte del Ministerio de Educación, si queremos tranquilidad en el país, sobre todo en el sector de la masa magisterial.
Es increíble maestros que no tienen ni 15 años de servicio, están en el cuarto nivel, ganando ya más de dos mil soles. Hay docentes que desde la UGEL, últimamente les designaron el cargo de la dirección de los colegios respectivos, únicamente por el gran “mérito” de haber pasado a la Carrera Publica. Mientras que docentes que se vieron renuentes a las inscripciones de estas convocatorias, ya dije en más de una oportunidad, no solo sufrieron los descensos de niveles, sino el congelamiento de sus haberes económicos.
Este gobierno debe entender, o se lucha o se reivindica a todos los docentes, o no se reivindica a nadie. O se hace una política educativa para todos, o todos quedamos congelados económicamente, o todos se quedan excluidos de todo beneficio social y profesional. Algo de esto va pasando aquí en Tarapoto, cuando se vienen convocando por ejemplo a becas de maestrías para los docentes con la condicionante de que deben tener menos de 50 años.
¿Dónde está señor Humala tu inclusión social? ¿Dónde queda la participación y beneficio de todos los docentes? Si ponen a la edad como condición para seguir estudiando, no sirve de nada el esfuerzo, el talento, la perseverancia; no sirve de nada estos valores, cuando el gobierno se atribuye elementos condicionantes para seguir superándose; cuando el gobierno se faculta toda la potestad para haber dividido de la peor manera a la clase magisterial.
Ya dije también que los dirigentes del CEN del SUTEP, tanto nacional como locales, no tienen la capacidad moral de nada y son los peores traicioneros a sus demás colegas, que pensando en la mejora de la educación tanto académica como económica, se fueron varias veces a paros y huelgas, mientras que por lo bajo, ya estos falsos dirigentes, tenían todos los arreglos con el todo poderoso ministro de economía, Miguel Castilla.
Así como estamos, no hay esfuerzo ni sacrificio que por sí solo valga. Hay una gran masa de docentes que tan solamente por esta situación tan desigual en los haberes económicos, se sienten más que descontentos y desmotivados para realizar sus actividades pedagógicas de una manera normal y con el rendimiento académico de una manera óptima.
Si este gobierno algo quiere reivindicarse, lo que debe hacer es reivindicarse en el sector magisterial, porque fue este sector que le hizo ganar, así como le hizo ganar a Toledo. La pregunta es ¿Cómo reivindicar al magisterio? La respuesta es tan sencilla:
1. Que se tome en cuenta los años de servicio de cada docente. Los años entregados al trabajo pedagógico pesan, que no se diga lo contrario, pues esto es siempre la argumentación neoliberalista desde el fujimorato hasta el castillaso, pasando por Toledo y García.
2. Que se vea y se analice el currículo de cada docente, sus estudios de preparación y su calidad de producción en alguna área artística respectiva, científica o humanística.
3. Que se tome a la Ley de la Carrera Pública Magisterial, no como una ley excluyente en la parte económica, sino favorecida y reconocida cada docente su propio nivel de acuerdo a los años de servicio. De qué sirve que este gobierno de una forma obligatoria los pasó a todos los docentes al nuevo sistema, cuando en la parte fundamental que es el factor económico, están totalmente excluidos de una manera discriminatoria e injusta.
4. Que se hagan los seguimientos pedagógicos respectivos y que se exijan a cada docente su preparación permanente, pero tiene que ser parejo, no se va a exigir sin dar nada, como la que está sucediendo hoy. El gobierno, y las autoridades educativas y del ministerio de economía tienen que entender, que sin una verdadera política de educación que reivindique no sólo a los estudiantes en su nivel de formación, sino también a los docentes en su nivel de entrega y enseñanza a ser compartidas… si no hay esta política de cierta tranquilidad a trasmitirle al docente, no avanzaremos como quisiéramos en educación y tendremos docentes resentidos para toda una vida.