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lunes, abril 29, 2024

La estrategia comunicacional en tiempos de pandemia

Cumpliendo mi función burocrática, y de una manera accidental y casi fortuita, estuve presente en la reunión que tuvo el Comando de Acción Covi-19 San Martín, presidido por el gobernador regional Pedro Bogarín Vargas, con los representantes de las entidades financieras de la ciudad de Tarapoto. Fue una reunión abierta, franca, poniendo los puntos sobre las íes y exponiendo un ligero diagnóstico de cómo estamos y qué debemos hacer todos y cada uno de nosotros. Confieso que, después de mucho tiempo, he asistido a un evento que me satisfizo por su claridad, la concisión, sin medias verdades y con el corazón en la boca. Huelgan otros comentarios.

Combinando la exposición del gobernador con la literatura que solemos consumir en “Comunicando Bosque y Cultura”, que es una organización para promover el desarrollo, debemos afirmar de una manera directa y clara: ¡el coronavirus no tiene cura!, y el gobernador fue enfático en explicar sobre cómo manejar las diferentes etapas del proceso, desde su inicio o presencia de los primeros síntomas, hasta la necesaria e impostergable visita al hospital, y que lo hemos publicado en el Facebook, por lo que no vamos a repetirlo en este artículo.

Casi desde el inicio de este proceso hemos venido diciendo que la debilidad de quienes dirigen el país fue el no haber tenido capacidad para comunicar para que la población se persuada y se convenza de una vez por todas, que nos encontramos dentro de un escenario que jamás entró en nuestros cálculos y que nos ha puesto a todos en el mismo nivel de desesperación, tanto a ricos como a pobres, como también a neoliberales a ultranza y a demócratas. La debilidad en la estrategia comunicacional ha llevado a que nuestro país hoy en día encabece el ranking de estar en el deshonroso primer lugar de contagios y fallecimientos desde el punto de la evaluación estadística. ¿Quién tiene la culpa? ¡Todos! El Gobierno, que no ha sabido ser enfático en señalar los roles y compromisos de cada uno de los ciudadanos, y los ciudadanos, que no saben asumir sus compromisos y responsabilidades. Indudablemente, a los “expertos” no les satisfarán estas opiniones, pues pretenderán buscar cualquier grieta para desacreditarla. Es que así somos.

Una estrategia comunicacional debería ser sencilla y directa. “Al pan, pan y al vino, vino” y “las cuentas claras y el chocolate espeso”, son frases que, casi metafóricas, quieren expresar que debemos ser directos y fuertes para transmitir un mensaje o una orden. Lo expresado por el gobernador en su exposición del viernes pasado se traduce en que los ciudadanos debemos ser sujetos activos en las acciones de vigilancia, prevención y control para que la gente no siga enfermándose. ¿Más claro? O sea, si nosotros mismos no sabemos cuidarnos, no debemos esperar que lo hagan los médicos, las enfermeras y que ni se recurra a la policía para que nos “obliguen” a cuidarnos, cuando es parte de nuestra propia responsabilidad.

Por lo tanto, la estrategia comunicacional debe partir en decirle a la gente que si se enferma por su propio descuido, además se ser un problema para él y su familia, el problema será para todos. Así de sencillo. Y se hace necesario articular esta estrategia con otras acciones, en donde los municipios deben cumplir un rol decisivo para implementar los detalles y acciones que corresponderían realizar. ¿Recuerdan la publicidad del ron Bacardí? (Comunicando Bosque y Cultura).

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