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domingo, abril 28, 2024

POLITICOS CHICHA O CHICHA POLITICA. BUSCANDO SACAR AGUA DE LA PIEDRA.

Carlos Cabrera Oliva
Director de Red de Comunicación Regional – RCR.

Si solo una pizca de la energía que emplean en insultarse a través de los medios de comunicación, utilizaría las autoridades para pensar en algo útil, en algo con sentido común y dejar la nefasta práctica de la vana confrontación, del enfrentamiento sin sentido que solo sabe a estafa a una población que confiadamente les confió su voto, seguro que ganaríamos un poquito, aunque sea una nadita. El culebrón (viborón quizás sea el término más adecuado a nuestra cultura y tradición) de entredichos que, día a día, se prodigan el alcalde (Gastelo) y el gobernador (Pedro) es sencillamente improductivo y marca una talla política de los protagonistas que, de continuar, rozará el suelo.

El ejercicio de la política conlleva a la responsabilidad de conducir los asuntos públicos en búsqueda del bienestar de la población. Es la razón de aspirar el poder, sea local, regional o nacional, para lo cual los políticos se comprometen a trabajar en equipo al momento de pedir la confianza de los electores. Nuestro alcalde y nuestro gobernador hicieron eso, y tuvieron el favor ciudadano. El encargo era coordinar soluciones, jamás, a nadie se le ocurriría que eso fuese posible diciéndose la vela verde en los medios, como faranduleros despechados.

Los políticos responsables discrepan, discuten, debaten y porque no, confrontan, pero con argumento, con propuesta seria, con razón y sentido común. Y lo lógico es que muestren un resultado, una consecuencia de ese careo, traducido en un acuerdo provechoso. Sin embargo, hasta ahora hemos sido testigos de una bronca mediática, como dirían nuestros paisanos, “por las puras huevas”. Solo sirve para distraer al respetable y tapar la incompetencia de nuestros políticos y candidatos, que hoy, encumbrados en una pirámide de poder, les queda demasiado alta y muy grande. El problema es que aun cuando todos observamos que carecen de capacidades y condiciones para desenvolverse con criterio y honestidad, ciegamente los elegimos. Peor todavía, luego les exigimos que se comporten como insignes estadistas, lo cual es como querer sacar agua de una piedra.

Por todo ello, hace bien el Frente de Defensa en exigir al alcalde y al gobernador parar esta absurda pelea y hacer el esfuerzo para una agenda mínima. Un par de obras, las más urgentes, las prioritarias, no se les pide más. Sin embargo, ¿amerita esa invocación un paro, una huelga en estos momentos? ¿Cuánta efectividad tendrá una medida de esa naturaleza para encaminar una salida constructiva en estas circunstancias?

Una mirada en retrospectiva nos haría ver cuán efectivas en el logro de soluciones duraderas y de fondo a las demandas ciudadanas, fueron medidas similares en el pasado. Quizás nos daremos cuenta que no son muchas ni de gran incidencia en la vida ni en el comportamiento de los pobladores. Por eso, sin negar la validez de la decisión de la dirigencia del Frente, modestamente sugeriríamos que vaya acompañada de planteamientos viables y se reduzca al mínimo el discurso sin fibra.

De esa manera, se contribuirá a la dificilísima tarea de sentar las bases de un comportamiento colectivo responsable, con visión de cambio desde la realidad, no desde el discurso improvisado y populista.

Si así fuera, podríamos comprobar, por ejemplo, que por ningún motivo permitiríamos la destrucción sin pausa de nuestras microcuencas que abastecen de agua a nuestra agricultura y para el consumo doméstico, que nos pondríamos en pie de lucha para frenar la ilegal de nuestros bosques en áreas intangibles que tanta falta hará a futuras generaciones.

Y es que la protesta sin propuesta, suma al maquillaje de la banalidad política en busca del poder y es preciso no caer en ese facilismo. Saludamos las buenas intenciones de nuestros dirigentes. El hecho mismo de ponerse al hombro responsabilidades de interlocución social en situaciones políticas y sociales complejas y de incertidumbre sobre el destino del país y, por ende, de nuestro Alto Mayo, compromete nuestro reconocimiento y, por supuesto, nuestro apoyo. Políticos chicha, ya no. Chicha (rica y clarita) para políticos buenos, sí. Y para los buenos dirigentes, también.

 

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