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martes, abril 30, 2024

Leonardo Da Vinci “La Última Cena” Una historia para recordar

Semblanza.
La grandiosa figura de este gran artista y genial inventor, pertenece más al arte de la pintura que al de la literatura, se ha hecho célebre como pintor y escultor. La actividad de este genio italiano del Renacimiento italiano llega a todos los campos – y como autodidacta -: pintor, escultor, filósofo, escritor, ingeniero, poeta, físico, matemático, astrónomo.

Precursor de la aviación, de la navegación submarina, de la mecánica. Estudió todos los conocimientos de aquel entonces y casi nada ignoró.

Su obra más completa en el campo de las letras es su “Tratado de la pintura” y mantuvo en secreto la mayoría de sus trabajos pues empleó un sistema especial de escritura – como claves – que iba de derecha a izquierda.

Entre sus pinturas más famosas están:
• La Virgen de las rocas
• La Gioconda o Monalisa
• La última cena.

“La última cena”
Esta obra mundialmente famosa, ha sido admirada y estudiada a través de los siglos. El artista pintó este mural de 4,6 m x 8,8 m. El autor retrató a Jesús y sus 12 apóstoles es una mesa. Sin embargo, a diferencia de obras similares, el pintor opta por ilustrar el momento en que Jesús le anuncia a sus seguidores que uno de ellos lo traicionará, poniendo gran parte del enfoque de la pintura en las reacciones de cada uno de los personajes. Leonardo ha logrado expresar el deseo que ha entrado en la mente de los apóstoles de saber quién está traicionando a su maestro. En los rostros de cada uno puede verse amor, miedo, indignación o pena por no poder entender el significado de Cristo y esto provoca una sorpresa comparable al obstinado odio y la traición que se ven en Judas.

Una Historia para Recordad
Leonardo Da Vinci tardo 20 años en terminar el mural; él era muy exigente y meticuloso al seleccionar a las personas que servirían de modelos para los cuadros ¡Qué dificultad para encontrar el modelo que representaría a Jesús. Su rostro debería reflejar pureza, nobleza, los más bellos sentimientos. Por fin encontró a un joven con esas características. Inmediatamente lo pinto, de la misma manera procedió con los apóstoles. Pero no daba con el modelo preciso para Judas Iscariote, pues debía ser una persona de edad madura, con un rostro duro donde notara con nitidez las huellas de la Traición y la avaricia. El cuadro permanecía incompleto por mucho tiempo.

Pero un día le notificaron acerca de u avezado criminal que había sido encarcelado. Fue a verlo y quedo muy impresionado era precisamente el Judas que por mucho tiempo había buscado para completar su obra.

Como era bien conocido y admirado la autoridad le permitió que fuera llevado para que posara y llevaron al reo encadenado y custodiado al estudio del pintor.

El reo no dio problemas; se dejó llevar, mostrándose en todo momento callado y distante, manteniendo una actitud impersonal y sin emoción alguna.

Una vez terminado el trabajo, Da Vinci plenamente satisfecho mostro la obra al reo. Cuando lo vio, quedó impresionado y cayó de rodillas llorando.

Da Vinci, asombrado le pregunto el porqué de su reacción, a lo que el reo respondió:
“Maestro Da Vinci ¿Es que acaso no me recuerdas?
Después de escrudriñarlo el artista le contestó que no, que nunca antes lo había visto.
Llorando y pidiendo perdón a Dios, el reo le dijo: “Maestro: yo soy aquel joven que hace 19 años usted me escogió para representar a Jesús en este mismo cuadro”.

 

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