Dos guapas amigas de Cuñumbuqui me pidieron que las hiciera conocer Chazuta, y el sábado pasado nos dimos una vuelta por la zona, acompañados también por Francisco Tapullima Yaicurima. Después de un agradable desayuno tomamos un pequepeque y enrumbamos hacia el centro poblado Ramón Castilla, antiguamente conocido como Sachapapa y volví a encontrarme con Roberto Andoa Sajamí, actual dueño del predio que fuera de mis tíos Ramón Bartra Saavedra y Rosario Arévalo Tenazoa, otrora un fundo ganadero, hoy convertido en una zona de cultivo donde se siembre cacao, plátano, yuca, frutales, especies maderables y aves de corral.
En el territorio de la selva alta, con los valles del Sisa, Cumbaza, y el Biavo, casi destruidos, los distritos de San Antonio, Sauce y Chazuta, son todavía el último refugio de selva en donde podemos deleitarnos de lo que se llama la naturaleza salvaje y tanto, que, el sábado por la tarde, encontrándonos en el fundo “El Porvenir”, de la familia Arévalo Garazatúa, mientras disfrutábamos un delicioso café de olla, de pronto llegaron un grupo de monitos “pichicos” para disfrutar de los frutos de palillo que existe en el fundo y nos deleitamos y maravillamos del espectáculo, que la generación del futuro los conocerá solo en videos y fotografías. Todos tenemos, entonces, la gran responsabilidad de cuidar nuestros bosques y ríos.
Llegar a Chazuta, Sauce y San Antonio de Cumbaza, todavía significa gozar de la naturaleza, porque en el borde
de las carreteras de acceso, llenas de curvas y serpenteos, que le dan su magia a la ruta, todavía encontramos árboles que casi podemos tocar con las manos, lo que nos sublima en grado superlativo. Es como estar enamorados y disfrutar de ese amor a plenitud; lo que no podemos hacerlo en el tramo Morales-Aucaloma, porque mi distrito no tiene alcalde, lo que es una desgracia para el pueblo. También, la carretera a Lamas, pronto se convertirá en una carretera o avenida de arrabal de pueblo joven.
Indudablemente, la gran responsabilidad del desarrollo depende de los alcaldes, que representan a los gobiernos locales; pero si sus acciones en el tema del ambiente son gestiones anodinas y sin compromiso, realmente estaremos perdidos, porque las entidades públicas y privadas ambientales, que ven el tema de la naturaleza, pueden seguir celebrando los Días del agua, de los humedales, de los árboles, del rimurucui, de los aguajales, de las cochas, de las restingas, del ucullucuy, de la ayahuasca, de los cerros, del congompe, del atadijo, de la quinilla, etc., y no podemos pedirles más.
El sábado pasado muchos pobladores de Chazuta me hicieron notar que las márgenes del río Huallaga están siendo invadidas y ya existen viviendas bien establecidas, por lo que, dentro de corto tiempo, los ciudadanos ya no van a tener acceso libre al río. En la misma carretera a Chazuta ya existen construcciones probablemente definitivas y no hay autoridad de ningún nivel que reaccione y actúe. Esto último tal vez sea consecuencia de ese criterio que dice que el emprendedor tiene derecho a hacer lo que le da la gana. Total: el paraíso de Chazuta ya se nos está yendo de nuestras manos. (Comunicando Bosque y Cultura)