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sábado, mayo 4, 2024

Luis Segundo Ramírez Vásquez, El Puma

Los pueblos tienen ciudadanos que llegan a ser parte de ellos. Y uno de ellos es Luis Segundo Ramírez Vásquez (Tarapoto, 15.06.1935), “El Puma”, quien no oculta su felicidad por tener a su lado a María Isabel Cisneros Muñoz (Moyobamba, 05.11.1945), su compañera de toda la vida, hermosa mujer, por su maravillosa calidad humana que nos conmueve y Los Wiwaneros pudimos constatarlo cuando les visitamos el martes pasado por la tarde. Recuerda El Puma que el flechazo se dio en una fiesta de cumpleaños, en Moyobamba, cuando iniciaba sus estudios de normalista. “Esta chica no se me escapa”, diría esa noche de 1962.

En una amplia casona, de la tercera cuadra del jirón San Martín, nos reciben con amabilidad donde todos terminamos contagiados por la emoción del momento. En el transcurso de la conversación donde nuestro anfitrión parece conmoverse al contarnos sus anécdotas, no podemos dejar de admirarnos de cómo El Puma pudo traernos de Moyobamba a una bella dama y quien le mira con toda la ternura del mundo. Momentos después, Luis Segundo Ramírez Vásquez pediría que le pasen su guitarra, otra compañera de siempre. Pero antes, nos menciona, emocionado, a sus hijos Luis Carlos, Erick Luigi y Gianina Maribel.

Sus padres fueron Hernán Ramírez Ramírez y Flor de María Vásquez Gonzales. Su vida es una riqueza tremenda por su experiencia y nos cuenta todas sus vivencias. Recuerda con admiración a don José Luis López Ramírez,

el potentado tarapotino, del fundo “Arcadia” y que llenó una época. Fue también “víctima” del estricto y riguroso profesor Kieffer Santander quien le jalaría por no saber las funciones trigonométricas, en el quinto año de secundaria, pero se salvó cuando en el examen de “jalados” en el mes de enero de 1962, a cargo de don Emilio San Martín, supo dar la respuesta correcta en un curioso y original examen oral, consistente en una suma y resta simultánea. A su nota final de fin de año (08) le pidieron que sumara dieciséis y lo dividiera entre dos. ”¡Esa es tu nota final!”, le dijeron.

Al terminar la secundaria ingresó a trabajar en el Banco Popular, pero al poco tiempo renunció “para no terminar siendo esclavo”, y es cuando decide ser maestro e irse a Moyobamba y al terminar sus estudios de normalista, reingresa al Banco, `porque su puesto le estaba esperando`, hasta que le llega una invitación en abril de 1965 para ir a trabajar en Tabalosos. Abandona definitivamente el banco y se dedica a hacer lo que más le gustaba: jugar el futbol y enseñar. En 1955 formó el trío Los Meridianos, con Manuel Perea Flores y Julián del Águila Velásquez. En 1961 forma el trio San Luis, con Walter Arévalo Flores, Oswaldo Flores García y al dejar El Puma el grupo, lo sustituye Roaldo Alvarado Bartra.

Entre disfrutar de un delicioso vino que nos invitan nos cuenta sabrosas anécdotas, como cuando enamoradizos muchachos de la época le pedían para acompañarles a dar serenatas a bellas chicas tarapotinas y donde algunas veces el ahora doctor Lionel Flores Sánchez era de las partidas. Nos cuenta, asimismo, la graciosa anécdota de don José Trauco, jefe de la oficina Circunscripción Territorial, de quien dependía que los muchachos terminen en el ejército

y quien, al parecer, también se dedicaba a la pavicultura pues, en la época de las navidades, en su inmensa huerta de su casa hacían un ruido infernal con su glugluteo no menos de veinte pavos. Y al despedirnos de El Puma, nos retiramos emocionados prometiendo volver a visitarle y sentir su calor y afecto aunque ya no pueda vernos por haber perdido la visión hace muchísimos años. (Comunicando Bosque y Cultura)

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