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jueves, mayo 2, 2024

Cuarta ola, ¿Cómo nos encuentra?

Por: Víctor Zamora.  

Ex ministro de Salud. Coordinador académico del Programa de Especialización en Gobierno y Políticas de Salud – PUCP. 

En materia de organización y planificación para enfrentar este incremento sostenido (o “cuarta ola”), es difícil decirlo. Lo que se puede afirmar es que, si el MINSA ha producido un plan, este no ha sido, con atraso  

En materia de vacunación, la situación tiene claroscuros. En promedio, la cobertura de vacunacion nacional se encuentra en 65%; dicho de otra manera, aun nos falta vacunar con las tres dosis a 1 de cada 3 personas, esto equivale a 10 millones de peruanos y peruanas mayores de 5 años. En regiones como Ucayali, Huancavelica, Amazonas, Loreto, Ayacucho, Puno y Madre de Dios aún falta por vacunar entre el 50 y 60 % de sus poblaciones. 

Si nos enfocamos en los grupos etarios especialmente vulnerables, vale decir, la mayor de 60 años, la situación es un poco más alentadora. En este grupo el porcentaje de compatriotas protegidos con tres dosis alcanza el 78%, aunque en los mayores de 80 solo llega al 74%.  

Ica, Lima Metropolitana, Lima Provincias, Callao, Ancash y Tumbes son las regiones que más han avanzado en proteger a sus adultos mayores, superando el 70% de cobertura vacunal con 3 dosis. El resto del país todavía tiene una tarea ardua, especialmente Ucayali, Huancavelica, Amazonas, Loreto, Ayacucho, Puno y Madre de Dios, que se encuentran muy rezagados.  

¿Por qué es importante este grupo de edad? porque tienen el mayor riesgo de morir. Aunque el discurso general es que la tercera ola fue mucho menos letal que sus predecesoras, en realidad esta afirmación es parcialmente cierta.  

La mortalidad general cayó significativamente en todas las edades; sin embargo, la población mayor de 60 todavía tuvo altos niveles de mortalidad comparados con los otros grupos de edad. La población mayor de 80 continuó siendo duramente golpeada durante la tercera ola 

Por tanto, dado el giro que viene tomando la pandemia, es urgente relanzar y enfocar la vacunación en el cierre de brechas, especialmente en la población adulta mayor, cuyo riesgo de morir por esta enfermedad es 30 veces mayor que la población menor de 60 años.  

Por otro lado, si, como se está dando en otros países, se produjese un incremento de hospitalizaciones, sería deseable tener un diagnóstico preciso del número de camas disponibles para esta eventualidad. Este dato es relevante dadas las condiciones del sistema de salud de nuestro país. 

Los datos del Ministerio de Salud ayudan a darnos una idea general de capacidades instaladas; sin embargo, el dato “cama hospitalaria” o “cama UCI”, antes que un dato estático, es un dato dinámico. Una cama hospitalaria no es solamente el catre y el colchón, sino todo lo que ello implica. Por ejemplo, los recursos humanos necesarios para que esa cama de hospitalización funcione como tal.  

Un paciente yacente en una cama, está bajo el cuidado de un equipo de salud conformado por médicos, enfermeros, laboratoristas, químico farmacéuticos, sicólogos, personal auxiliar y administrativo. Otros recursos son los equipos, insumos y medicamentos necesarios para el cuidado de un paciente hospitalizado, entre estos el de la capacidad para proveer oxígenoterapia. Una cama de unidad de cuidados intensivos, como comprenderán requiere mayor nivel de sofisticación. 

Por estas razones, sería deseable que el MINSA y los demás subsistemas de salud, informaran al país sobre las verdades capacidades instaladas con las que contamos para afrontar un incremento súbito en la demanda de hospitalización.  

Finalmente, si, como es de esperar que suceda se incrementa el número de contagios, también se requerirán recursos adicionales para el diagnóstico oportuno, la vigilancia epidemiológica y laboratorial, incluida la vigilancia genómica. No hay que olvidar que, durante la tercera ola, aún con 120 laboratorios habilitados para hacer diagnóstico de COVID19, 60 de ellos públicos, la demanda por pruebas diagnósticas superó largamente la oferta.  

En resumen, ante esta situación, anunciar o no el inicio de una cuarta ola, no es un tema menor. Por ello su solo anuncio, realizado reinstala el sentido de urgencia que parece ya perdido. Y si, además, el anuncio va acompañado de un plan general de acción y el financiamiento que cubra los aspectos sanitarios y no sanitarios de este nuevo episodio (por ejemplo, la educación), aún mejor.  

Pero, un verdadero cambio de rumbo se dará si, para el diseño e implementación de este plan, el ministro recupera, desde dentro de sus canteras (tanto en el MINSA, EsSalud, como en las regiones) la enorme cantidad de profesionales capacitados, competentes, experimentados, que le ayuden a elaborar un plan coherente, basado en evidencias y lecciones aprendidas, así como para dirigir su implementación 

Señor ministro de Salud, Dr. López, no hemos salido aún de la pandemia, nuestro sistema de salud sigue siendo frágil, no nos sobran los recursos y lo mejor que puede hacer para cerrar las brechas de vacunación (especialmente en adultos mayores), preparar los servicios asistenciales y fortalecer la vigilancia epidemiológica laboratorial, es tener un liderazgo a la vez que profesional, convocante. 

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