¿Orquestas y chelas antes que propuestas? da la impresión que cuenta más para los equipos en campaña, para los votantes, contratar motokar´s y camionetas, más banderolas parecen ser la oferta en el cierre de campañas… eso es lo que le gusta a la gente”
Entre símbolos, letras y slogans la campaña se va agotando sin novedades y con un cierto sabor de insatisfacción y la característica indecisión por parte del elector, quien -para variar- no ha decidido su voto y que como prácticamente “manda la tradición” en nuestra región y nuestro país, decidirá a quien le brinda su confianza el día de la elección mientras hace su cola para sufragar.
A pocos días para las elecciones regionales y municipales, los candidatos se empezaron a ver las caras en los debates, generando así la expectativa entre los electores, ya que estos actos son parte del último tramo de la campaña y en muchos casos permiten definir o reorientar una votación.
A pesar que las redes sociales han irrumpido en todo el proceso de la campaña y han sido una plataforma para lanzar improperios antes que la exposición de propuestas, los debates para la municipales han demostrado improvisación y desconocimiento de las necesidades y urgencias de las jurisdicciones de las que pretenden liderar, en las diez provincias es muy poco lo que se ha sustentado sobre servicios básicos, seguridad, planes de desarrollo urbano, bancos de proyectos, ciudades sostenibles y amigables, casi nada de ello; prevalecen las obras que son necesarias por cierto, pero el cemento y la maquinara “pesan más y dejan el diezmo” a la hora de licitar las obras para la “satisfacer las necesidades” de la gente del campo, se escucha decir en el discurso de los candidatos a las alcaldías desde el más pequeño distrito. Es cierto y tan real que necesitamos urgentemente en optimizar nuestros espacios, nuestra infraestructura con tecnología que tenemos a la mano -riego tecnificado, centrales de video vigilancia integrados entre los distritos por citar dos puntos elementales, pero nuestra realidad nos dice y nos muestra la otra cara de moneda, la debilidad del clientelismo político del casi centenar de candidatos mutantes.
El debate organizado por el JNE sirvió visualizar en todo su esplendor cuando se aborda la corrupción, fierro caliente que salpica en casi todos los bandos en contienda dejando un sinsabor y un pésimo antecedente; el desenvolvimiento del candidato tanto oral y gestual; además el poder del video y su incidencia en los procesos políticos, le permite al elector formar opinión de la imagen, pues como lo diría Sartori “el ojo cree en lo que ve”.
Los planes de gobierno, textos fundamentales que deberían convertirse en “la brújula” que oriente la gestión municipal o regional de la organización política ganadora no han sido escudriñados al detalle en los debates, limitándose así, y sin mayor expectativa a ser un mero trámite que cumpla con la formalidad exigida por el ente rector electoral.
Son pocos los candidatos que han hecho el esfuerzo por explicar lo escrito en sus planes, la gran mayoría se ha centrado en publicitar sus propuestas, reduciéndolas a un “producto vendible” y no a una idea o acción que genere debate y permita sincerar si lo que se propone es, adecuado, pertinente y viable técnica y políticamente.
Quedan pocos días para que los candidatos expliquen sus propuestas y la viabilidad de las mismas, y para que el elector pueda definir a cuál de ellas le dará su respaldo. En un contexto político como el que estamos atravesando se hace importante que el elector analice y defina con claridad pues lo que se pone en juego es la gobernabilidad, la misma que no es un asunto que compete solo al gobierno sino también a las instituciones y a la sociedad.
Esta semana arrancaron los cierres de campaña, los mismos que deberían ir más allá de una “puesta en escena”, y convertirse en un espacio de análisis y reflexión que permita al elector definir su voto; sin embargo, estos cierres se han reducido a ser fiestas partidarias, ganando así un falso protagonismo que ha propalado y fortalecido entre el elector la idea que me la diría hace poco un ciudadano…. “Lo que la gente espera con mayor expectativa son los cierres de campañas, porque más somos del tono de las orquestas y bailarinas”.
Da la impresión que cuenta para los competidores en la contienda cuenta más es el llenado de los estadios o canchitas de barrio, el número de banderolas, el número de gente…”.
Así las cosas, DIOS NOS COJA CONFESADOS y no tener que estar salpicados de lamentos de aquí a un par de años, ante las ineptitudes de los gobernantes, por nuestra falta de conciencia a la hora de elegir y ejercer tu derecho que nos da la democracia.
La decisión final está en sus manos en su conciencia.