Por: Tomas Cotrina Trigozo
A partir de este domingo; la ciudad se viste de carnaval; ocasión perfecta para disfrutar del ingenio y la gracia de los Chivos…acompañado del Ño Carnavalón, la Vaca Loca, la Yanasa, la Reyna y el Indio Lamista.
Lamas, es un pueblo, con tradición carnavalera en esta parte de la cuenca amazónica del Perú. El inicio de esta celebración comienza con la confección de la máscara de chivo, hecho de topa (madera balsa), que data de los años 1800, cuando la crianza y el pastoreo de este singular animal se realizaba en las calles y parques de la ciudad.
La música carnavalesca, al ritmo del bombo, tambor y quena, se escucha por todo los rincones de los barrios; desde Suchiche hasta Ankohallo, pasando por Calvario, Quilloallpa, San Juan, Munichis, La Plaza, La Comunidad Kechwa del Wayku y gozando por Zaragoza. Se ultiman los detalles de los disfraces (en Lamas se conocen como «Chivo»), algunos de ellos verdaderas obras de arte y el que se pone la máscara de Chivo, vive con toda su alma uno de los acontecimientos lúdicos más esperados.
Las actividades empiezan con el pregón a cargo de un personaje pintoresco al ritmo de bombo baile por las calles de la ciudad, anunciando el programa oficial del Carnaval Lamista 2023; por la noche, salen las comparsas de los diferentes barrios, iniciando las actividades. Y desde el domingo, salen las comparsas carnavalescas lideradas por el Ño carnavalón, al compás de la música típica se dirigen hacia la plaza de Armas donde se dará la concentración de todos los promotores, quienes serán bien recibidos por los visitantes y población en general.
Los domingos de febrero, salen las comparsas por las calles y barrios de la ciudad, acompañado de la población y los visitantes; el domingo 3 de marzo, por la mañana, es el concurso de corso y alegorías con la participación de los barrios e instituciones públicas y privadas, por la tarde hay actividades carnavalescas en la plaza de la cultura de la comunidad del Wayku, el martes 5 de marzo por la mañana es el Waraqueo (juego de agua con barro), actividad tradicional de los indígenas kechwas de la comunidad del Wayku,
La primera semana de marzo; Lamas se sumerge en una profunda tristeza, ha muerto el Ño Carnavalón y se lleva a cabo el inolvidable velorio, con melodías de violín, un acto simbólico donde se reúne el pueblo a llorar al Ño carnavalón, acompañados de sus viudas e hijos que en vida tubo; esa noche se reparte café y upé (bebida tradicional de maíz y maní), para acompañas hasta la madrugada.
El domingo, es el entierro del ño carnavalón, acompañado de los disfrazados (chivos), las viudas e hijos que en vida tubo, desde la plaza de armas en cortejo fúnebre para el entierro, recorriendo las principales calles de la ciudad; donde en forma de sátira se lee un testamento.
El carnaval de Lamas, es una fiesta donde todo era permitido. Ocultos bajo el anonimato de las máscaras, los Lamistas dan salida a las pulsiones y deseos corporales, estimulado por el ritmo del bombo, tambor y quena, durante todos los domingos; en una sociedad muy conservadora; el carnaval sirve para dar a las clases sociales la ilusión de ser iguales, cubriendo sus rostros con estas tradicionales mascaras. Después de todo, Lamas es una ciudad pequeña. La moral de la población se mantenía a salvo: sin rostros, todos tienen voz, hasta el miércoles de ceniza.
Hoy en día, las máscaras de chivo han recuperado parte de su esplendor, convirtiéndose en la atracción de la fiesta, con la misma libertad y desenfreno de antaño, con los mismos secretos de cada una sus técnicas artesanales y elaboración de los toritos, caballos, chivos y burros, que integran la fauna carnavalera, con los mismos oficios artesanales del Carnaval que hacen parte del Patrimonio Cultural Inmaterial de nuestra ciudad…Nos vemos en el carnaval Lamista…una fiesta donde todo puede suceder.