El diario VOCES publicó el sábado pasado (05.08.2023) un especial sobre el drama de la Amazonía, en relación a la Cumbre Amazónica de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (TCA) y la reunión en Belem do Pará de los representantes de los países signatarios como son Brasil, Ecuador, Colombia, Bolivia, Guyana, Surinam, Venezuela y Perú, de donde saldrá, como siempre, el mamotreto que a nadie interesará cumplir. Después de leer el diario VOCES me he quedado aterrorizado porque la catástrofe ya llegó y nadie está haciendo nada para mitigarlo a pesar de nuestras invocaciones y plegarias; y para darnos cuenta, vean lo que ya queda de nuestros ríos y bosques. ¿Y la desaparición de las tierras de cultivo?
El Tratado de Cooperación Amazónica, suscrito en 1978, pese a sus 45 años de vigencia, no tiene resultados qué mostrar. Fue, sin duda, un acuerdo revolucionario. Poco tiempo después vendría el “Informe de la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo: Nuestro futuro común”, de 1987, y que presidiera Gro Harlem Brundtland. Se harían famosas y de uso común, términos como la globalización, la biodiversidad, el desarrollo sostenible, la producción orgánica. A la par de ellos se iba deteriorando la calidad de vida con la destrucción de nuestros bosques, la desaparición de nuestros ríos, la deforestación agresiva de nuestras carreteras y estas que ya parecen avenidas o calles de pueblos jóvenes pues se llenan de grifos, urbanizaciones y “emprendimientos”, que alertamos a los alcaldes. El drama es tan grave que dentro de poco para conocer bosques tendremos que ir a Europa.
Los tres niveles de gobierno tienen desafíos qué enfrentar. La mayor responsabilidad recae en los niveles regional y local. Se hace urgente fortalecer el Comité de Gestión Regional Agrario (CGRA), como acabo de reiterarle al gobernador Walter Grundel y que los ejecutores de las políticas públicas regionales actúen. Como escribiría León Trahtemberg: ya no se necesita planificadores: esta hora crucial requiere ejecutores. ¡Aquí reside el secreto! Y para ello se requieren funcionaros dialogantes, receptivos, de amplio criterio, con visión, que no oculten nada ni desinformen y que trabajen pensando en trascender. Se requiere, asimismo, que sean leales y honestos y que no anoten subrepticiamente los errores de la administración para correr a las fiscalías…., advierto.
Para gobernar con eficiencia debe prescindirse –hasta donde se pueda— de los “fetichismos procedimentales”, perfeccionar documentos de gestión, rodearse de gente idónea, etc. Las gestiones públicas necesitan guerreros, valientes, funcionarios abiertos al cambio pues ya no tenemos que inventar la pólvora. A la región San Martín la están destruyendo, la inopia, la mediocridad, el cortoplacismo, el falso emprendedurismo, etc. Y la decisión política es clave para detener el desastre, revertir y mitigar el cambio climático. En tres años y medio que quedan podemos hacer mucho, pero actuemos desde hoy día. Carácter podría no faltar: se necesitan decisiones ¡ahora y ya! (Comunicando Bosque y Cultura).