Por: Carlo Augusto Pérez Pérez – comunicador corresponsal del diario VOCES.
Me recuerda, cuando en su momento se hizo todo un tema mediático al estilo de distracción circense, la manoseada separación conyugal de la cantante colombiana Shakira y el exfutbolista español Gerard Piqué.
El común de los mortales posteaba reproducciones de memes y ticktoks como: “…perdón que te sal- piqué…” que «las mujeres ya no lloran, facturan”; y tantas fruslerías, sólo por el prurito de estar a tono con la cursi tendencia del modernismo consumista.
Igualmente, en la escena nacional los medios de comunicación capitalinos -una vez -más se prestan a la estrategia de manipulación política, preponderando lo trivial para que el “populacho se distraiga”, haga comidilla y coree. Ahora, nos salen con otra monserga. Esta vez, sobre el caso rolex y el accionar nada santo de la inefable Dina Boluarte, en el que, sí, todos coincidimos: debe ser investigada por presunta comisión de enriquecimiento ilícito.
Pero, ya llega al hartazgo esta montada y burda cortina de humo, así como la resonancia pueblerina que se viene haciendo de este caso que -no cabe duda- involucra a la infraterna dignataria. Y resulta -por demás- insignificante que todo el mundo, para aparentar estar en onda con la direccionada coyuntura política nacional, esté posteando y replicando literalmente los mismos términos y memes: “Hoy tengo un cumpleaños, ¿alguien que me preste un rolex?” y otras repeticiones cansinas.
Solo atino decir: ¡Basta de caer en la trampa del circo mediático y de la bufonería política!
¿Es que no nos damos cuenta que los medios de comunicación nacional especialmente la limeña están todos al servicio del voraz y mezquino poder político y económico que controla el país?
Ellos, hace tiempo cumplen el triste rol de estupidizar a la sociedad, a fin de tenerla subyugada con lo intrascendente de la política, con la banalidad y la pavada del espectáculo bufonesco, con las boberías de las «superestrellas» del deporte, y amén de tantas apariencias y simplezas que difunde la tosca televisión con sus plataformas digitales, que en esencia reflejan las miserias humanas, con los que se busca entretener y manipular al pueblo para que este no piense ni cuestione la realidad y siga envuelta en la burbuja del deprimente status quo.
Sin duda, se trata de una maquiavélica táctica bien urdida que funciona a la perfección, más aún en un contexto de desigualdad económica y social como el nuestro, donde los de arriba (poder y gobierno) buscan mantener el control sobre las masas (casi siempre emocionales e irreflexibles), a través de la distracción insípida, para que se olviden de los problemas cruciales, como la imperante pobreza, la crisis económica, la polarización política, la diaria inflación, los altos índices de desempleo, la galopante corrupción, la educación y salud inadecuada y caótica, la falta de agua potable y alcantarillado en millones de hogares, los conflictos sociales por la minería y la defensa del agua y el bosque, la delincuencia y la inseguridad, y tantos temas de agenda que atañen a todos y, como tal, deben ser el centro de atención del gobierno, de los medios de comunicación y de la sociedad.
Peruanos de buena voluntad, ¡reaccionemos!