URGENTE por una gobernanza ambiental para el desarrollo sostenible
En el documento se puede leer “cerca de la mitad de la Amazonía está en riesgo de colapsar al año 2050, como causas el aumento de la temperatura, la variabilidad en la temporada e intensidad de lluvias, las sequías extremas y la deforestación”
Sobre nuestro país señala, “en menos de 40 años, el crecimiento de la minería y de la actividad agropecuaria, que incluye a monocultivos como la palma aceitera, han causado la pérdida de 2,8 millones de hectáreas de vegetación solo en el bosque amazónico. Los pueblos indígenas están entre los grupos más afectados por este avance”
Por ello, la importancia y urgencia de dirigir y controlar la gestión ambiental, en las presentes graves circunstancias de deterioro de recursos, alteración y pérdida de biomasa de flora y fauna natural, degradación de ecosistemas y sus servicios, y cambio climático presente, es evidente y no se puede soslayar ni minimizar por ningún gobierno ni por sus ciudadanos.
Una primera constatación de la importancia es su complejidad, su carácter global, y su incidencia transversal en todas las actividades económicas y vitales de la sociedad.
Un conjunto de relaciones causales y rectas ilustra la complejidad y concurrencia de causas directas, indirectas e impactos finales de la degradación ambiental, agravada por el cambio climático.
En la secuencia horizontal de causales, en mayor o menor grado indicado por el color y grosor de recetas, se señala la incidencia y concurrencia de efectos en otros sectores, y ello permite evidenciar la “arborización” de efectos e impactos de corto plazo desde una misma fuente.
Pero, por otra parte, en la columna de impactos finales en nuestro hábitat se advierte que, en el sentido vertical y empezando por el hábitat natural, los impactos a largo plazo se producen en una cadena vertical de deterioro que se va sumando hasta amenazar la propia supervivencia de la sociedad humana, individual, familiar y global.
¿Cómo se debe concebir un esquema de gobernanza para este complejo sistema de interacciones naturales y culturales que afectan el ambiente?
Para ser consecuentes con el esquema anterior de la economía circular con respecto a la biosfera, una noción de gobernanza debe presidir ambos “polos” del esquema:
Tener y ejercer una rectoría especializada sobre la forma en la que se gestionan los recursos naturales; y otra rectoría específica sobre cómo se mantiene y gestiona la calidad ambiental, cómo se manejan los residuos, las consecuencias de los procesos de extracción, los procesos contaminantes y la degradación resultante.
Ambas rectorías y sus complementos técnicos y políticos constituyen la gobernanza que necesitamos aplicar y regular para abarcar y lograr un funcionamiento económico equilibrado y ambientalmente sostenible.
La Figura 6 esquematiza el proceso como una ‘pinza’ que funcione relacionando y ordenando ambos polos mediante políticas articuladas, multidisciplinarias, y transversales a las actividades económicas y sociales.
La ex ministra de Medio Ambiente había advertido al ejecutivo el impacto negativo que tendría la modificación de la ley forestal, simplemente dejaron pasar el tema.
Hace unos días se difundió la noticia que Albina Ruiz advirtió riesgos por modificar la Ley Forestal pero el gabinete pasó a otro tema. La nota señala un capítulo hasta hoy desconocido, el 15 de enero de este año, en una sesión del Consejo de Ministros encabezada por la presidenta Dina Boluarte, la entonces ministra del Ambiente Albina Ruiz Ríos alertó de las consecuencias negativas de la Ley 31973, que modifica la Ley Forestal y de Fauna Silvestre. Aunque su postura nunca se llegó a materializar en una posición institucional y pública, el hecho muestra cómo el gobierno – que jamás actuó ante dichas advertencias – ha ignorado sistemáticamente cualquier tipo de crítica al cambio de la norma.