El pasado miércoles estuve en la ciudad capital de la región San Martín, Moyobamba, y como siempre leyendo el diario “Voces” (que tiene una gran aceptación). Ingresé a la “Olla de barro”. Un comensal- por cierto no era moyobambino-, que estaba con otros amigos, comentó que, lo que decía el candidato a la vice presidencia de Fuerza Popular: “Los proyectos productivos deben ser reforzados y especialmente en el tema del sembrío del cacao”, era un cuento chino…” El que parecía empleado público manifestó: ”El fujimorismo, se juega su futuro político… no tienen ningún gobierno regional”. El que tenía aspecto de abogado intervino diciendo: “…sólo les queda ganar en San Martín, para tentar un trampolín a las elecciones presidenciales.” En la mesa del costado, estaba un viejo ingeniero moyocho, degustando una cerveza negra cusqueña y al escuchar los comentarios, muy seriamente intervino: “…el pueblo ya sabe que su compromiso está a favor de las petroleras y mineras…”.
Dos mesas más allá escuchamos decir a una señora- profesora jubilada-, muy preocupada: “pobres nuestros nietos, van a conocer los ríos en fotografías, habráse visto, Dios Santo.” Terminé el almuerzo con un refresco helado de camu camu y me retiré después de cancelar nuestro consumo. La señora Martha Weninger-propietaria de este rincón regional, me reconoció y me dijo: “Saludos para su esposa, Charito…y para mi promoción, Martita”.
Al salir del establecimiento, el sonido del celular me volvió a la realidad y al querer contestar la llamada, del otro lado escuché: “ Zuly… te espero en la puerta del estadio, para darte tu entrada…hasta quince para la una, porque, sino, ya no encontramos asientos…no olvides de traer el avispajuane, maduro con maní y chicha morada hervida con hoja de higo…” Entonces le tuve que cortar: “Amigo, disculpe, número equivocado”…no se escuchó nada más…
Sentado en el estadio, esperando que se inicie el encuentro deportivo entre Alianza Lima y Deportivo Comercio, volviendo a las palabras del candidato, un viejo conocido del Alto Mayo, cuando le comenté lo que había pasado en el restaurante, a la hora del almuerzo, sentenció: “Aquí aunque no seamos apristas confiamos en Bogarín, sobre todo cuando dice que su gobierno, de ser elegido, será “UN GOBIERNO DE TODOS” y, seguiremos siendo una región verde. Porque de ser lo contrario, pasaremos a ser región anaranjada y esto significa tierra árida, seca”.
En verdad, dejando de lado lo anecdótico, este domingo siete de diciembre, tenemos un compromiso con el futuro de esta hermosa tierra donde vivimos y que queremos. Los candidatos, tienen como perfil que los dos son médicos de profesión ¿Cuál es el interés de dedicarse para lo que no fueron formados? El mayor de ellos, don Pedro Bogarín Vargas, con más experiencia sobre gestión pública-fue alcalde de una provincia que hoy está en la vitrina mundial por su progreso agroindustrial y económico, después de mucho tiempo de estar en las páginas de la subversión y el narcotráfico. El menor de ellos, don Víctor Noriega Reátegui, funcionario público en otra región amazónica, que de alguna manera le da cierta predisposición a la gestión, pero no es lo mismo; porque como dicen los entendidos, “Una cosa es con guitarra, y otra cosa con cajón”.
Estamos a tiempo de reflexionar y como les decía a un grupo de jóvenes, “Es mejor un voto consciente, aunque nuestro candidato pierda, porque fue nuestra decisión”. A los dos contendores, les decimos que les tomamos la palabra y que sea elegido el que la población quiera elegir. Y como decía el ciego que recorría las calles con una lámpara alumbrando en pleno día: “Aunque yo no vea, voy iluminando el camino para que no se tropiecen los demás”.