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martes, abril 30, 2024

Nativos defienden bosque seco en el Huallaga Central de San Martín

DOS YACHAK. Mujeres conocedoras de las propiedades curativas de las plantas medicinales.
DOS YACHAK. Mujeres conocedoras de las propiedades curativas de las plantas medicinales.

Forman Ampinacuna Sacha, territorio de más de 5 mil hectáreas que busca salvar el bosque

Por: Lenin Quevedo

Un grupo de agricultores, muchos de ellos sanmartinenses y algunos llegados desde otros lugares de la región San Martín, se han trabado en un conflicto con un grupo de pobladores de comunidades nativas quechua hablantes del Huallaga Central.

Se trata de pobladores de las comunidades de Yacusisa y San Juan de Miraflores, las mismas que reclaman como sus territorios los que denominan como Ampinakuna Sacha, que significa en idioma quechua, “la casa de las medicinas del monte”. Ese mismo lugar, que es conocido por los agricultores como Pampa Grande, en la provincia de Picota, en el distrito de Caspizapa, se encuentra en un bosque que como dijimos ayer, se encuentra en un proceso franco de devastación, lo que está trayendo como consecuencia que se encuentre en peligro de extinción.

Como dijimos en una nota en este diario ayer, este bosque es único en el planeta, no existe uno con sus características y se restringe a las provincias de Picota, Bellavista y El Dorado (con pequeña influencia sobre la provincia de San Martín y Lamas). Ambas comunidades quieren el territorio para satisfacer sus intereses. Mientras los nativos quieren conservarla para que las generaciones futuras puedan mantener sus costumbres (entre las que se distinguen la caza y la recolección de medicina ancestral de los bosques), los agricultores, según declaración de uno de los dirigentes, Elvis Omar Espejo Suyón, ha referido que en ese lugar quieren construir sus viviendas e iniciar trabajos para la construcción de un gran almacén para sus sembríos.

José Jorge Ishuiza, apu de la comunidad de Yacusisa, manifiesta que ellos están decididos a cuidar ese bosque pues allí se encuentra su medicina. “Hemos pedido a la gente que no esté cazando porque esto antes era un paseadero, es decir por acá venían muchos animales y eso queremos recuperar”, refiere Ishuiza.

Según Daniel Vecco, los bosques secos han sido permanentemente un lugar de abastecimiento y abrigo de las comunidades indígenas desde hace milenios. Lo mismo indica el biólogo Marco León, de INIBICO, quien refiere que era justamente de estos lugares desde los que se los nativos se provisionaban de la caza y las plantas medicinales.

Es así que nace Ampinakuna Sacha, que significa el bosque de las medicinas. Este esfuerzo por salvar el poco bosque seco que queda en el Huallaga Central debería ser apoyado de manera decidida por el Gobierno Regional de San Martín

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