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sábado, mayo 11, 2024

Un segundo de debilidad

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Un segundo de debilidad puede hacerte soñar y subirte al cielo, pero al mismo tiempo te genera una brutal caída hasta el infierno de Dante Aligheri, tétrico y castigador, de este modo recibimos lo que deseamos. La vida es así, una suma de premios y castigos… si me preguntas qué prefiero, solo digo, ¡saca el látigo nomás!….

Y aunque a veces las llamas que arden del infierno suelen ser agradables para darnos calor, también suelen resultar mortales, pues en segundos terminas gritando y pidiendo auxilio. Así que queridos amigos y amigas “pecar”, cuesta y caro.

“No lo pude evitar. Fue más fuerte que yo. Fue más fuerte que “nosotros”. Me olvidé de todo. No estaba pensando. La pasión me venció. No pude hacer nada. Estaba indefensa. Tú no estabas. No sabes lo que es sentirse así. Fue un segundo de debilidad. No estaba en mis cabales. Me dejé llevar por el momento”. Admitámoslo, a todas y todos nos pasa alguna vez.

La mancha de los infieles cuando se ven contra la espada y la pared de la verdad, nos ponen estas y muchas frases más, ¿Les creemos? Yo voto por un gran NO. Ya. Esas son puras mentiras.

¿A quién creen que engañan? Por supuesto, a los que se encuentran frente ellos, más conocidos como los cretinos que acaban de confesar a la fuerza, o porque no les queda otra ante un evidente ampay de que ha puesto los pies, las manos, los dedos, los labios, la mente y el corazón en otro plato.

Los que vemos una situación así desde fuera, la tenemos clarísima: muerte al traidor.

Las y los que hemos estado mirando a los ojos a esa moneda de dos caras, sí ese mismo que nos cambió por otra persona, sabemos que no se puede, que el temple de acero y el orgullo en lo más alto son sólo clichés de libros de autoestima, los populares talleres de pareja de Tomas Angulo o el título de alguna película.

Conozco a más de una Candy que se computa la virgen enamorada, novia y esposa inmaculada, claro, en sus sueños podría pasar ello, porque en la vida real podría ser apedreada por pecadora. ¿Soné realista?, bueno eso fue, para mi club de fans que a diario me pide que chanque a las mujeres y haga un stop con los hombres. Afirmo que en infidelidades, las mujeres son más inteligentes, lo hacen mejor y no son detectas. Los hombres por el contrario hasta para poner los cuernos son torpes, porque a la vuelta de la esquina son descubiertos, y zasss con dos o tres hijos con cada amante, ingenuos infieles jajaja

Nunca falta el hombre invisible, aquel que niega el ampay, nunca estuvo en ese bar con la voluptuosa gringa con su plata, él estaba en su camita viendo los Simpson, pero que tal frescura, piensan que somos tan tontas como la gringa a la que levantaban en su noche de patas.

Sin lugar a duda, a las finales terminamos creyendo el floro barato que nos da, creemos que es su tía solterona que llegó de viaje y que no podía hacerle el desplante. Entonces en ese momento pensamos que estamos protagonizando la telenovela de las tres de la tarde, sentimos que estamos en todo nuestro derecho de acusar y recibir una explicación, algo, lo que sea que calme un poco todo esa mescolanza de emociones, y entonces el rey del Bla-bla-bla hace su aparición y sigue con su palabreo, hasta marearnos y mismas Maria la del barrio, les gritamos “Nanditooo”.

Ya pues, esto no es una ranchera. Esas palabras exculpatorias y manipuladoras lo único que hacen es aminorar la responsabilidad de los cuernos puestos y trasladar la culpa a cualquier cosa menos a ellos mismos.

Lo siento pero no existe ninguna fuerza sobrehumana ni poder sobrenatural que nos haga adúlteros. La infidelidad no funciona como una alcantarilla en la vereda en la que uno cae sin darse cuenta, ni como un tsunami que te arranca de los brazos de uno para caer cómodamente en los brazos de otro. La pasión no es un imán gigante que te jala sin que lo puedas evitar a hacia una tercera, cuarta o quinta persona.

No hay canciones que repitan el coro, no hay comida mal hecha que volvamos a comer, no hay cuernos que podamos aguantar. No hay segundos de debilidad, la razón siempre está despierta, no tratemos de mentir. Y aunque muchos piensen que “El cuerno es como la muerte, porque nadie se libra”, yo bailo con compás, esquivando los abismos, sin adrenalina del engaño y disfrutando la vida. El amor es de a dos no de a tres…. Practíquenlo.

“En la fiesta del tango se baila de dos, el resto es el público espectador”.

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