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martes, mayo 7, 2024

El ladino

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Estoy leyendo un libro de Michel Rocard, uno de los Premier Ministre que tuvo François Mitterrand – de 1988 a 1991, que lleva como título Si la gauche savait… (Si la izquierda supiera…). Cuando llegué a Francia en diciembre de 1990, él era Primer ministro en la segunda étapa presidencial mitterrandiena.

La lectura del librito este me hizo viajar a la llegada de Jacques Chirac a la presidencia en 1995. A los pocos meses de haber llegado al poder, Chirac, tuvo que afrontar una huelga de transportes en la capital gala…creo que fue a nivel nacional. Les hablo de diciembre de 1995. El primer ministro, de ese entonces, era Alain Juppé. La derecha estaba de nuevo dirigiendo el país de Napoleón Bonaparte.

Francia es una país centralista, como todos los paises latinos. Aunque estas últimas décadas hubo un esfuerzo por la descentralización, dando más autonomía y poder a los cantones, departamentos y regiones.

Entre los poderes que goza el Presidente de la República francesa, están los siguientes (no es exhaustivo la lista):

-Garantiza el buen funcionamiento de las instituciones republicanas y la comunidad del Estado.

-Garantiza la independencia de la Justicia. Preside el Consejo Superior de la Magistratura.

-Nombra al Primer Ministro y, a propuesta de éste, a los miembros del gobierno (el ejecutivo).

-Tiene el poder de disolver la Asamblea Nacional.

Pero no es de eso que quiero hablarles. Como les dije hace un momento, hubo una huelga en diciembre de 1995. No había transporte público para nada. La gente tenía que trabajar. Oficialmente el frío comenzaba el 21 de diciembre, pero ya se sentía su presencia en el continente europeo. Vi la gente ir a sus centros laborales (o a hacer otras cosas) en patines, bicicletas…hasta andando. Yo tenía que ir desde mi residencia, barrio 20, hasta el barrio 10; en tiempo normal, tomando el metro lo hacía en 15 minutos (haciendo un cambio de línea). Ahora, a pie, el trayecto me tomaba una hora y media; tres horas ida y vuelta.

Una vez me paré para ver los últimos productos electrónicos en una tienda. Entré y grande fue mi sorpresa de escuchar un Español arcaico. Me acerqué discretamente para poder seguir la conversación…y me daba la impresión de estar viviendo en la Edad Media. Intervine en la conversación, y las dos personas me dijeron que eran judíos (los dos tíos) y que venían de Turquía. Lo que estaban hablando era el Ladino. Ahora bien el Ladino, es el idioma hablado

por las comunidades judías que vivieron en la Penísula Ibérica hasta 1942. Como se sabe, los judíos fueron expulsados de España el 31 de julio de 1492. La mayoría de los sefardíes (nombre que se da a los judíos de España y Portugal) fueron recibidos en el Imperio Otomano por el Sultán Bayaceto II.

El Judeo-Español (como se conoce también al Ladino) hoy en día es hablado por 150 000 personas. Las comunidades sefardíes más numerosas, a la execpción de Israël, se encuentran en Turquía…históricamente eso es explicable. Y en ese país hay 15 000 personas que hablan el Ladino.

La lectura del libro de Rocard, me hizo recordar el breve momento que hablé con las dos personas sefardíes, ellos en Ladino y yo en Castellano moderno. Lo importante es de comunicar y respetarse mutuamente…el mundo tiene necesidad de esos tipos de encuentros. ¿No es cierto?

Pedro Emilio Torrejón Sánchez.

Mayo 2015.

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