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jueves, abril 25, 2024

Pretenden realizar carretera sobre petitorio para concesión para conservación en Juanjui

ALCALDE DE JUANJUI TENDRÍA INTERÉS EN REALIZAR PELIGROSA VÍA

CASCADAS ENORMES. Son cuatro, a continuación le presentamos dos de las más bellas. (Foto: Lenin Quevedo Bardález)
CASCADAS ENORMES. Son cuatro, a continuación le presentamos dos de las más bellas. (Foto: Lenin Quevedo Bardález)

Cuatro cascadas, cuidadas por diez héroes de la conservación, no pueden ser destruidas por la ambición de los hombres

Por: Lenin Quevedo

Muy cerca de Juanjui, a apenas unos minutos, se encuentra el petitorio para concesión de conservación Alto Chaquishca que es cuidado por 10 socios. Ellos son parte de la Asociación de Productores Agropecuarios Citricultores de La Victoria (APROACIVI), los que se encuentran comprometidos en manejar responsablemente 721.13 hectáreas, las que esperan la aprobación de la Autoridad Regional Ambiental del Gobierno Regional de San Martín.
La importancia de este espacio es porque guarda en sus entrañas el agua con la que se alimenta a los cultivos de naranja del barrio La Victoria de Juanjui. Pero no solamente aquello, sino que en la zona, tal como lo confirma el vicepresidente de APROACIVI, Hugo Panduro, también se encuentran especies únicas en el mundo y en peligro de extinción, como el mono tocón, el picuromama (que no se parece exactamente a un picuro), monos choros, achunis, entre otras muchas especies. Plantas medicinales y otras que sirven para confección de techos y hasta escobas también están en este prodigioso bosque que merece mucho ser cuidado.
Además existen enormes lupunas, ese misterioso árbol del que quedan tan pocos en la Amazonía y del que se tejen tantas historias, pues a su alrededor no crece nada más. Son tan grandes que no podrían ser abrazados ni por 10 personas al mismo tiempo. Allí está también la importancia.
Pero en términos turísticos, este espacio tiene además un gran potencial. Cuatro cascadas muy cerca de Juanjui, podrían hacerlo una alternativa para el turismo interno y el que llega, como un Ahuashiyacu en Tarapoto.
“Aquí, en el barrio La Victoria, no había siquiera agua para alimentar a un animal y fue eso lo que nos impulsó a iniciar las tareas de conservación, luego descubrimos el mecanismo de concesiones para conservación y en eso hoy estamos involucrados, dando los últimos pasos”; refiere Arturo Cárdenas, presidente de APROACIVI.
Una de las cosas más destacables de este petitorio de conservación, es que garantiza el recurso agua para los productores de naranja de Juanjui, un producto que tiene la característica de ser muy jugoso, señalado en varias ocasiones como las mejores naranjas del Perú. “Esta naranja no sería posible si es que no conservamos los recursos hídricos que la alimentan”, manifestó Karina Pinasco, presidenta de Amazónicos Por La Amazonía (AMPA), institución que viene apoyándolos en la consecución de sus fines últimos, que son los de lograr convertirse en un área para conservar y no para destruir.
Pero una de las cosas que más se destacan es que el esfuerzo no queda allí, sino que existe un componente clave para que todo este esfuerzo no se quede en un intento apenas: el relevo generacional. Alexander Rivasplata, es uno de los orgullosos hijos de los beneficiarios, quien indica que se siente feliz por el trabajo realizado por sus padres y que su meta es seguir su camino, cosa que de hecho ya está avanzando.
“A nosotros nos da tristeza, nos conmueve ver cómo nosotros mismos nos destruimos. Si nosotros no nos cuidamos, también serán perjudicados ellos, si es que ellos no cuidan el bosque, también se quedarán sin agua”, indica un molesto Hugo Panduro.
Sucede que no todo es color de rosa para los socios de APROACIVI. Sucede que el alcalde de Juanjui, José Pérez Silva, de las filas de Acción Popular, habría anunciado la realización de una carretera a la zona alta de Alto Chaquishca, lo que mataría la iniciativa y mataría el bosque, las enormes lupunas y todas las especies que hoy viven en esa área.
De acuerdo a los socios de APROACIVI, no es lógica la realización de una carretera a la zona alta, pues no hay pueblos en esa parte de Mariscal Cáceres, pero sí serviría para que los destructores del bosque aprovechen y den rienda suelta a su voracidad.
Se espera que la visión de maderero de José Pérez, no lo nuble y tome una decisión pensando en el futuro. “Si es que se bota un árbol, esto da un beneficio inmediato, pero si se lo cuida, nos brindará servicios por mucho tiempo y su rentabilidad será mayor”, nos dice el sabio Hugo Panduro, uno de los guardianes de este bosque que debe ser cuidado.

 

AUTOR DE LA NOTA. Junto a algunos de los futuros concesionarios
AUTOR DE LA NOTA. Junto a algunos de los futuros concesionarios
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