Modernidad es sinónima de alejarse de la naturaleza. Si antes las aguas de los ríos eran límpidas, ahora con la modernidad son turbias. Si antes con la agricultura tradicional se producían alimentos sanos, ahora con la modernidad los alimentos en su totalidad son tóxicos. La alimentación moderna está basada al marketing de productos procesados: Bebida gaseosa; pollo a la brasa con abundante mayonesa y papas fritas; papitas fritas con alitas fritas; carne de res asada al carbón, con restos de sangre; pollo broster; huevos fritos con maduros fritos, etc.
¿El sistema digestivo humano está preparado para procesar este tipo de “alimento moderno”? En los cuatro millones de años de vida del ser humano, se ha entrenado un sistema digestivo de alimentos naturales: Frutas, raíces, hojas, insectos, pescados, flores, verduras. La modernidad mercantilista permite el bombardeo de productos alimenticios procesados, adversos a la alimentación natural. Si la persona no está preparada para enfrentarse a éste sistema comercial, simplemente cae en esas redes económicas y termina alimentándose mal. ¿Quiénes sufren las consecuencias? Económicamente y de salud, sufre el consumidor. Existe carencia de una política clara de la alimentación humana ¿Por qué los gobiernos de todos los niveles no se preocupan en delinear estas políticas alimenticias de sus poblaciones? ¿Existe algún interés o sobra la desinformación?
Una evidencia clara de la mala alimentación, es la obtención rápida de sobrepeso ¿Por qué los ciudadanos de la comunidad no estamos en nuestro peso normal? Esta timbrada de alerta debe llamar la atención de las autoridades y planificar medidas conducentes a mantener la buena salud de sus poblaciones.
Otra evidencia de la mala alimentación es la defectuosa deposición de un alto porcentaje de la población. La excreta muestra deficiente consistencia, como la de una vaca, cuando debería tener la forma de un tubo, para que la expulsión sea total. En realidad, la mayoría de la gente experimenta retención involuntaria, que aflige, molesta y genera aires de olores desagradables. A esta circunstancia difícil, se agrega el comportamiento etílico, agravando aún más la situación final de la digestión. A estas alturas, los paliativos son los supositorios y laxantes. Cuando las batallas diarias terminan en serias pérdidas, el estado anímico de la persona se encuentra en su nivel bajo; es allí cuando emplea la fuerza expulsiva, una y otra vez, hasta que de pronto aparecen pólipos, verruguetes, por la ruptura de la membrada. ¡Oh! ¡Qué dolor, qué miedo! ¿Operación? ¿Necesito una operación? Implora al señor tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, tu pronta recuperación. Al mismo tiempo, hay la decisión de realizar la deposición exenta de presión, sin fuerza. Orientar la alimentación natural con verduras, pescados, frutas, en cantidades necesarias, procurando alcanzar y mantener el peso corporal natural, acorde a la talla y realizando ejercicios físicos. Beber agua gelatinosa de linaza hervida, masticando las semillas; y, comer naranjas entre las comidas. Estas fibras son las que entuban los restos alimenticios y facilitan su expulsión total.
La alimentación moderna será buena en la medida que se acerque a la alimentación de productos naturales. Por algo Yavé Dios le dio al hombre un mandamiento; le dijo: “Puedes comer todo lo que quieras de los árboles del jardín, pero no comerás del árbol de la Ciencia del bien y del mal. El día que comas de él, ten la seguridad de que morirás” (Génesis: 2, 16-17) ¿Por qué nos obstinamos en comer alimentos no naturales, del árbol del mal? La alimentación de la población debe manejarse con políticas claras, tendientes a la buena salud, demostrada en el adecuado peso corporal. El marketing inductivo al consumo debe hacerse de productos naturales y no de alimentos que atentan contra la buena salud. ¿Por qué existen empresas que adquieren productos orgánicos, que cumplen determinadas normas? Porque saben que son productos sanos, exentos de pesticidas. ¿Por qué entonces los seres humanos no consumimos estos productos sanos?