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sábado, abril 27, 2024

Dos bellos ejemplos de buen servicio al cliente

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Siempre es agradable reconocer los gestos, como que es, también, una forma de agradecer la calidad del servicio.

Tenemos que hacerlo, a pesar que ahora vivimos una época en que casi ya no se reconocen los méritos de la gente, lo que se ha vuelto un lugar común. Pues ir a una oficina o a un establecimiento es encontrarse con sorpresas y donde muchas veces se tiene poca o ninguna consideración o respeto por el usuario o el cliente.
En ambos casos falta calidez y respeto por el usuario y por el cliente, o existe una desconsideración absoluta y donde no hay calidad de servicio.

Son los sellos “distintivos” de sus gestiones o administraciones porque lo que es una institución, sea pública o privada, depende de la gente con que cuentan; o sea, de sus servidores. Y quiero contarles dos agradables experiencias que no he querido que pasecomo un hecho más y porque debe reconocerse el gesto y la calidad del buen servicio, repito.
La primera experiencia ocurrió en la empresa de Transportes Turismo Sisa. Fue cuando fui a recoger el envío de un dinerito desde el valle del Sisa que me remitía una persona por un trabajo que hice y que lo precisaba consuma urgencia.

La señorita que me atendió, después de examinar los sobres recibidos, me dijo que no habían remitido el encargo. Entonces, se puso en evidencia la calidad del servicio de la secretaria que no recurrió a la tradicional salida de “Señor, no hay nada; regrese más tarde”, lo que podría haber parecido lógico, más aun tratándose de dinero.

La señorita Verónica Sandoval Isminio, la secretaria de “Turismo Sisa”, comenzó a cruzar información y como casi veinte minutos estuvo en esa labor cuando logró contactarse con el chofer que había recibido el encargo –que, dicho sea de paso, se olvidó de dejar el sobre con el dinero y lo había retornado al valle y por estar por San Martín de Alao no tenía hora de retorno a Tarapoto–.

Confirmado el despacho con la secretaria de la empresa en San José de Sisa, Verónica retiró dinero de su cajón y me hizo entrega del efectivo sin dar señales de desconfianza y sin ninguna expresión dubitativa, gesto y actitud que me emocionaron grandemente.

La segunda experiencia ocurrió el sábado pasado cuando pagué en el grifo “Melchorita”, en el cruce de la Vía de Evitamiento y Alfonso Ugarte, con cien nuevos soles la compra de un monto mínimo de gasolina.
Rosita, la guapa y amable dependiente, sonrió y me dijo: “Si tiene confianza en mí, regrese en media hora para darle su vuelto”.

Cuando me retiraba, me dijo: “Espere”, y en un ticket anotó el monto del vuelto por recibir.
En el tiempo indicado retorné y me sonrió nuevamente y recogí mi vuelto, y me dije que el mundo tiene futuro.

Haciendo un juicio de valor, siempre encontramos que cuando se trata de dinero la gente suele ser más “cuidadosa”, cuando no realmente desconfiada, y no toma decisiones hasta que tenga la evidencia física del efectivo.

Las personas se descubren así mismas según su actitud ante el dinero, pues según sus actitudes conoceremos la honestidad de ellas pues también practicarán el valor de la confianza teniendo una actitud propositiva y de equilibrio en la vida. Cuando se trata el tema del dinero vamos aconocer realmente a esa persona y ya no habrá retorno.

Y lo hecho por las señoritas Verónica Sandoval Isminio y Rosita, revela su gran calidad y nivel de personas,voluntad y profesionalismo para manejar casos como losdescritos y resolverlos en interés del cliente, por lo que lasfelicito a ellas, en primer lugar; y a las empresas “Turismo Sisa” y Grifo “Melchorita”, respectivamente, por contar con maravillosas servidoras.

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