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martes, mayo 7, 2024

Amantes bandidos

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La lujuria no nos permite pensar con claridad, esta aventura es una irresistible tentación, lo que fue de a dos, es ahora de a tres. Un manjar exquisito que solo se disfruta en la cama. Amor, lujuria o tormento…el silencio de las amantes.

“Tú serías el hombre perfecto, pero solo tienes un defecto… que no eres soltero”, en esta canción Ana Cirré dramatiza el amor hacia un hombre casado, generando en ellas, “las otras”, melancolía de ser la tercera en una relación de dos.

La literatura, la música, el cine, el arte y la televisión han hecho gala de los amantes para construir historias apasionantes. Basta recordar a Anna Karenina, el personaje inmortalizado por León Tolstoi, que en el siglo XIX encuentra la desdicha al convertirse en amante de un hombre joven, mientras ella aún estaba casada. La realidad puede ser menos trágica que el desenlace de Anna. Sin embargo, igual de dolorosa. Y aunque nadie está exento de verse envuelto en una situación tan complicada, lo cierto es que existen mujeres con determinadas características que son más susceptibles a serlo.

Hay varios elementos excitantes en una aventura. El amor y la lujuria pueden provocar arriesgadas y dramáticas situaciones. Quizás te sientas especial, porque él está rompiendo sus votos por ti; quizás, incluso, te sientas poderosa. O quizás para ti, la aventura es una manera de mantener tus emociones tranquilas y saciadas. Después de todo, tiene sus beneficios no tener que estar con la familia o pasar cada fin de semana juntos.

Nuestras normas nos indican que estamos hechos el uno para el otro, el hombre para la mujer, que estamos hechos “moralmente” para estar uno con otro. En nuestra cultura, debemos estar en sagrado matrimonio o muy bien, en acuerdo mutuo llamado noviazgo o pareja, sea el género que sea.

Todo tiene un mal sabor cuando se hacen presentes esas terceras personas que usualmente destruyen una relación y aunque no lo crean, también pueden revivir una relación de pareja, según sea el caso. A estas terceras personas las llamamos AMANTES.

Victoria Milán en una página diseñada para hombres y mujeres que quieren tener amoríos secretos, realizó un sondeo entre sus afiliados y ha logrado identificar patrones importantes, en quienes tienen amantes. Las cifras muestran que, el 30 por ciento de los hombres infieles tienen una amante más joven que su pareja. Casi el 74 por ciento de los encuestados asegura que su pareja es más interesante que la amante. Los hombres afirman entonces que buscan amantes porque éstas les brindan más cariño, son más apasionadas y les escuchan más (claves para no olvidar en la cotidianidad con nuestras parejas y disminuir los riesgos de un tercero en la relación).

Un amante siempre va a revivir a quien esté en la relación tercera, pero de una u otra forma destroza a quien se engaña. Para posicionarse como amante se deben tener muchos factores que fortalezcan sus habilidades y modos de ver la vida, se requiere de una personalidad extremadamente fuerte, con límites claros y sentimientos guardados en un cajón muy seguro, puesto que el amante siempre seguirá siendo un “plan b” en toda relación de pareja. Algunos y algunas nacen con esos genes.

El 93% de las relaciones de amantes terminan acabándose y si bien algunas pasan de ser amantes a esposas, son ellas las que terminan cargando una cruz más pesada que la que cargó Jesús antes de ser crucificado. Viven la tortura de saber que en cualquier momento el plato de casa será remplazado por el de la vecina.

En el amor, no hay una sola posición. Hay dos. Hay personas que nacieron para ser amadas y otras para ser eternos amantes. Hay amados masculinos y amados femeninos. Hay amantes hombres y amantes mujeres. Ser amado o amante no tiene nada que ver con el estado civil, ni siquiera con la legalidad del vínculo.

Hoy en día las infidelidades son tan recurrentes que parecen haberse convertido en el pan nuestro de cada día. Cada una de las dos partes tienen sus propias razones, por un lado está la esposa a quien le sobran razones para continuar en un matrimonio, y por la otra, está la amante a quien le sobran razones para no dejar esa relación, en la que sólo está ocupando un segundo lugar en la vida del hombre, luego está el hombre, que lo único que hace es gozar de las dos mujeres que le aceptan lo que diga, lo que quiera y cómo lo quiera.

Juego de roles, historias de pasiones desatadas y corazones incendiados. En una relación de tres, ¿hay cabida para el amor?…

Abajo los príncipes azules, arriba los amantes bandidos…

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