Justo en plena efervescencia de la campaña política para elección de nuevo presidente del país y 130 congresistas, Demetrio Chávez Peñaherrera, conocido como el Vaticano, queda libre de la cárcel después de 22 años de haber cumplido su condena. Salió con pasos desafiantes; 22 años no amilanaron su espíritu; caminaba acompañado de un grupo de policías; corría por momentos hasta cierta distancia que le aguardaba un auto.
¡–Ah, qué bello es la libertad!, Esto fue su pensamiento de seguro, y que le arrancaba correr como un niño; pensó igual que el Chapo, recientemente capturado en México y cuando aún era libre decía: “que la libertad es muy linda”.
Sus primeras expresiones del Vaticano fueron, “Fujimori le permitía hacer lo que hizo”; “el gobierno de Fujimori fue un narco estado”; “tuvo órdenes de EE.UU. para que destruya las pistas cocaleras del narcotráfico de Campanilla”.
Pero no lo quiso hacer, porque sabía que el narcotráfico era parte de su gobierno y que le reportaba millones y millones de dólares como ganancia.
En razón las cuarenta maletas que se llevó Fujimori al huir al Japón, ya se supone, aún el más iluso, fueron llenas, no de ropas, sino de millones de verdes. Esto grafica el tipo de gobierno que tuvo Fujimori, que hasta la saciedad manifiestan sus borregos interesados, que “vencieron –dizque- el terrorismo”, cuando al mismo tiempo estaba confabulado con la lacra que genera la violencia, que es el narcotráfico.
Demetrio Chávez Indicó, que jamás votaría por la hija del reo, pues ello sería volver a un gobierno de caos y desgobierno.
Miles de toneladas de pasta refinada salían cada hora desde las pistas de Campanilla al mercado externo, especialmente al mercado colombiano que tenían a Pablo Escobar como socio del narcotráfico.
El Vaticano hacía esta actividad como Pedro en su casa bajo la venía de Alberto Fujimori y bajo el condicionamiento también de Montesinos, quien recibía semanalmente 50 mil dólares para no tener ninguna interrupción ni mucho menos persecución por lo que hacía. Cuando la codicia le embargaba a Montesinos, le exigía 50 mil dólares más, y esto fue el punto del quiebre entre el Vaticano y el gobierno de Fujimori, a efecto de esto se va a Colombia, y a pocos días es capturado por las órdenes del gobierno de Fujimori, es decir, todo un narco estado que permitía los negocios ilícitos del narcotráfico, cuando el vaticano le soltaba los 50 mil dólares, y se convirtió en su enemigo, cuando dejó de pagar los 100 mil dólares que le exigían.
Capturado el vaticano, como venganza contra el socio que fue, (el gobierno y él), le presentaron no como narcotraficante, sino como terrorista vestido a rayas; producto de ello pasó en la base naval sus siete primeros años de cárcel, con tortura y todo, disfrutando solo una hora del aire libre, y el resto de las 23 horas encapsulado en su minúscula celda.
Para el distrito de Campanilla, el vaticano, no solo es el hijo recordado y predilecto, sino también están más que convencidos que le convertirán en alcalde en las elecciones municipales del 2018. Los habitantes de esa zona tienen una deuda con él, porque no escatimó sus millones para ayudar a la gente desposeída y darle un nuevo rostro al distrito de Campanilla, lo que el gobierno central y los gobiernos locales y regionales de aquél entonces no soltaron absolutamente nada en presupuesto para ver cambiado de rostro el distrito, el Vaticano lo hizo con sus millones.
Y la gente de esa zona piensa que lo seguirá haciendo, pero esta vez ya como burgomaestre. Piensan también que a él(al vaticano), le sobra imaginación y las buenas gestiones que podría hacer, esta vez desde la otra orilla positiva gestionando como alcalde para que continúe invirtiéndose los millones en Campanilla.
Pero la gente tiene que entender también, que lo que hacía el Vaticano, lo hacía amparado en su actividad del narcotráfico que le reportaba lógicamente millones y millones de soles. Ahora cumplida su pena por estas actividades ilícitas, él mismo recomienda a la juventud, que no sigan su ejemplo, porque sabe muy bien que el dinero fácil y mal habido, te puede hacer vivir con grandes lujos, mejores comodidades, propiedades y vehículos a montones, mujeres del alto nivel artístico para escoger, es decir, viviendo todo en un “paraíso” como un rey, pero tarde que temprano, todo esto se acaba, y todo termina con un solo desenlace a través de dos caminos: bien con la muerte o en la cárcel.
El Vaticano pasó mil y cuántos peligros, no fue acribillado a muerte, pero sí capturado para terminar en la cárcel.
Y, hoy, como que la vida le da una nueva oportunidad, cumplió su condena, y tiene la oportunidad de gente profesional que hace rodajes de series, sea filmada y retratada su propia vida de mil aventuras vividas con el narcotráfico, y tiene la oportunidad también para que la gente le salude y le admire por su estoicismo de los siete primeros años de tortura en la Base Naval, y tiene quien sabe, la gran oportunidad de convertirse en autoridad edilicia del distrito de Campanilla, por la gente de ese lugar que se identifica y la ama de corazón.