Me la pasé los últimos días visitando la zona vinícola del distrito de San Antonio de Cumbaza. Además de gozar con la belleza del lugar, me encontré con una realidad.
A pesar de que la uva es un recurso que ayuda a mantener a las familias de esta parte de la región, es además un sector muy olvidado, aun cuando sirve mucho a que ellos logren un nivel de vida admitible… Refieren que sirve en esta zona, aun mejor que el cacao y que un viñedo, no necesita renovar tierra aun cuando pasen 20 años de cultivos.
En definitiva, este es un sector que necesita mayor aliento, no necesariamente de la actividad privada, sí del Estado que puede garantizar asociatividad y la búsqueda de mercados, inclusive para los productos ya realizados. Si bien es cierto, difícilmente la uva sanmartinenses por sus características podría competir con una industria vinícola como la existente en la costa, no hay uva que pueda realizar un trago macerado como el uvachado con garantía de calidad y con procesos que se acercan a lo ideal, planteados, pero dificultados por la falta de ayuda…