PPK tiene mayores posibilidades de ganar la Presidencia de la República, a nadie le queda duda que es depositario de muchísimos votos prestados, algunos de ellos probablemente se mantengan en función de la posición que asuman los líderes por los cuales apostaron en la primera vuelta, entre ellos tenemos a APP que lo más probable es que se sumen a un bloque conjunto con la de PPK, incluso podríamos tener a dirigentes de APP ocupando ministerios.
En el Frente Amplio las cosas han sido claras, no se votó en estricto por PPK, se lo hizo en defensa de la patria, concluido el resultado gane quien gane su rol será el de oposición democrática, al tiempo de construir organización partidaria en todos los rincones de la patria.
Julio Guzmán también probablemente combinará su tarea de construir e inscribir su ‘partido morado’, al tiempo de asumir un rol opositor, no tener bancada en el parlamento lo convierte en voz solitaria, a no ser que convoque personalidades que suplan ese vació.
Alfredo Barnechea y Acción Popular como que han ido por cuerdas separadas, los militantes populistas se sumaron sin dudas ni vacilaciones contra Keiko y a favor de PPK, la posición de su líder fue ambivalente, pero igual, lo más probable es que asuman un rol en pared, por un lado, el rol de su bancada en el Congreso apoyando iniciativas de PPK, y el de fiscalizador y opositor de Barnechea.
El APRA buscará reestructurarse, mientras que Perú Posible será sólo pieza del pasado, contrario a Hilario que ha anunciado que seguirá en política, si lo hace desde EE. UU no tendrá posibilidades, otros liderazgos por el momento no se vislumbran.
Asimismo, si el fujimorismo pierde lo más probable es que se resquebraje su unidad, básicamente alentados por los deseos de kenyi de ser el siguiente candidato presidencial, nada niega que a pesar de este escenario no desplieguen una furibunda campaña opositora similar a la que mostraron contra Ollanta Humala.
Si gana PKK tiene que desplegar el mayor de los esfuerzos por generar un gobierno de ancha base, reconciliación y unidad nacional, un punto clave podría ser colocar como tema central de agenda el bicentenario (1821-20121); si por el contrario el ‘mal de altura’ les mareará, la calentura de las calles se pondrá como cuando fue ministro de economía.
El bicentenario no deberá ser sólo una efeméride, una secuencia de fiestas o congratulaciones, tiene y debe ser una meta, un objetivo nacional: ¿Cómo queremos llegar en educación, salud, descentralización, infraestructura, etc.?
Y en el caso de San Martín, el gobernador Noriega debe tener la audacia e iniciativa de poner a nuestra región, que lleva el nombre del Libertador José de San Martín en vitrina, no podemos ser convidados de piedra, no nos puede ganar la indiferencia, esperamos una oportuna reacción de nuestro mandatario regional, que no se olvide que estamos esperando que por fin entienda y comprenda que es el Gobernador regional