Juegos entre sábanas que desatan un sinfín de melodías. Es una forma de liberarse. Son estimulantes poderosos. Desatan euforia y emoción. Algunos son actores silenciosos, otros se vuelven tremendamente escandalosos.
Suele pasar que cuando estamos frente a una escena erótica de alguna película, en los momentos que desatan pasión, la mujer emite sonidos de placer. Estos gemidos, sonidos o jadeos, generalmente indican que ha alcanzado el clímax o que se encuentra a punto de hacerlo. Si pasa en las películas, ¿Sucede en la vida real?
En el silencio se escuchan gemidos, suspiros ahogados en pasión, excitantes melodías que nos acercan al paraíso. Un pensamiento, un suspiro y un gemido, estremecen la vida hasta perder el control.
En la cama, todo es cuestión de gustos, posiciones, lugares y sonidos. Pero la mejor manera de acelerar el pulso y dejarnos en taquicardia, son sin duda, los gemidos, éstos tienen el poder de aumentar la pasión y guiar tu placer hasta el clímax. Exhiben el placer que sentimos.
Los juegos de alcoba son suaves, traviesos y diversos. Las voces de cada hombre y mujer son diferentes y son más intensos cuando se disfruta mejor.
Los sonidos sexuales se convierten en un poderoso afrodisíaco. No todos son iguales y sobre los gustos no hay nada dicho. Pero si se trata de excitar a un hombre, las mujeres usan sus mejores armas con tal de enloquecerlos.
Las mujeres son unas perfectas estrategas y aunque parezca irónico, los gemidos en las mujeres no siempre reflejan una completa satisfacción, sino más bien es una herramienta para alentar el desempeño del hombre en la cama.
¿Sorprendidos?
Los hombres pasan por desapercibidos en el canto sexual, sin embargo las mujeres se expresan a través de movimientos y ruidos, sin necesidad de haber conseguido el tan gratificante orgasmo.
Un estudio revelador indica que más de un cuarto de las mujeres gimen intensificadamente en el sexo, pero no por placer, sino como una manera de manipular el comportamiento del hombre durante el sexo y sacar ventaja de ello. Los investigadores de la University of Central Lancashire, responsables de este estudio, también demostraron que las mujeres empleaban los gemidos y las palabras de ánimo para acelerar el proceso debido a la fatiga, el aburrimiento o las molestias en vez de ser una expresión directa de la excitación sexual.
Gemir, jadear, susurrar y suspirar con aceleramiento, son una de las tantas expresiones verbales que existen. El sonido más conocido es el “Sikritis” y es un privilegio para toda mujer, se produce cuando se inhala con los dientes cerrados. Seguidas por frases de: ¡Mi amor! ¡Mi vida! ¡Quiero más! ¡Te deseo tanto!, expresiones siameses de los gemidos.
También existen sonidos con respiración acelerada, que posee dosis extras de deseo y éxtasis al máximo.
Los gemidos bien disfrutados son totalmente normales, pero ¡ojo!, no hay nada inteligente en fingir un orgasmo. “Si finges un orgasmo, estás señalando que él está haciendo todo bien, cuando en realidad no lo está haciendo”, dice la educadora sexual, Patty Brisben.
Para obtener todo lo que se desea en la cama, sin duda se tiene que recurrir a los sonidos del amor: los gemidos. Y aunque no siempre es fácil traducir lo que la pareja quiere sexualmente, un pequeño gemido estratégico puede ayudar a desatar las mejores tormentas.
Son un irresistible elemento erótico, cuando sobran las palabras, aparecen los gemidos. No hay por qué tener vergüenza. Así que chicas, nada de fingir, si van a gemir que sea para liberar sus emociones y hacer saber a tu pareja que en esa fiesta de a dos, la están pasando muy bien.
Escuchemos ésta sinfonía de pasión y amor. El sexo es un placer de la vida, no lo desaprovechen, solo tengan cuidado que los vecinos del costado, no llamen a serenazgo por las melodías subidas de tono.
El sexo tiene ojos para enamorar, tacto para acariciar, olfato para seducir y sonidos que dan lugar a la infinita música del amor.
Entre los suspiros y jadeos, se pronuncia el amor.