El pasado fin de semana, luego de 7 tortuosos años, el país conoció de un fallo, que podremos decir, casi sin precedentes en la historia del Perú, resulta que la Corte Superior de Justicia de Amazonas falló absolviendo a los 53 nativos acusados —uno fallecido— por una serie de delitos como homicidio calificado e instigación por lo ocurrido en la Curva del Diablo (Bagua) el 5 de junio del 2009. Las penas que pedía el Ministerio Público oscilaban desde 6 años, hasta cadena perpetua.
El fallo coincide con el anunció del estreno en nuestro país de la película: “El choque de dos mundos”, que precisamente es una suerte de documental/denuncia, respecto de los fatídicos hechos acaecidos en Bagua, en donde como se sabe se originó un enfrentamiento entre indígenas que se oponían a la pretensión aprista de lotizar la Amazonía en el marco del cumplimiento del TLC con EE.UU.
Antes de adentrarnos a analizar el fondo de la sentencia, por la que dicho sea de paso, el Ministerio Público ha solicitado su nulidad, por tanto, será vista en la Corte Suprema/Lima, es importante dejar sentado que nadie celebra la muerte de los 12 policías, nadie con sensatez tampoco se debe alegrar por el derramamiento de sangre de los nativos; lo que importa es analizar el contexto en el que se dio este conflicto, ¿quién lo genero?, ¿quiénes son los intelectuales que con intereses subalternos generaron un enfrentamiento entre peruanos?, ¿qué negocios y a que intereses representaban los que pretendían lotizar los territorios ancestrales ocupados por los nativos?, ¿por qué no estuvieron en el banquillo, políticos como Mercedes Cabanillas, Alan García o Yehude cuando todo el país sabe que desde las más altas esferas del poder se dio la orden de limpiar la zona a sangre y fuego?
Ahora, analizando a vuelo de pájaro la SENTENCIA, tenemos que, en primer lugar, la Fiscalía había pedido hasta cadena perpetua para algunos líderes indígenas; la razón que primó para el fallo absolutorio fue la tesis de que los nativos actuaron motivados por la defensa del medio ambiente, considerado un fin superior; además se tomó en cuenta el concepto intercultural y pluricultural del país. En los fundamentos de la sentencia, también, se ha tomado en cuenta la historia de lucha del pueblo Awuajún, así como los antecedentes de peritajes antropológicos e informes sobre pluriculturalidad en distintos procesos judiciales.
Ahora, no hay que perder de vista también los resultados de las pericias de absorción atómica, que concluyó que ninguno de los 52 procesados utilizó arma de fuego. Asimismo, durante el proceso judicial los policías testigos no han reconocido a ninguno de los acusados como responsables de la muerte de los agentes.
Respecto a la defensa de los nativos, la tesis estuvo centrada básicamente, en que fueron detenidos por las autoridades sin condición de flagrancia, es decir, sin prueba directa que amerite la acusación en sus contras.
Lo que corresponde es exigir que los verdaderos responsables sean juzgados como corresponde, pues hasta aquí lo que hemos visto, no sólo es un hecho de terror y muerte en la denominada ‘curva del diablo’, sino además una curva de la justicia, que se supone, en la terminología twitera de la ex primera dama, debe caminar derecho.