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sábado, mayo 4, 2024

Futuro de la democracia con decadencia de partidos políticos

El ciudadano normal, de a pie, sabe perfectamente que la democracia se encuentra resquebrajada, por la actitud negativa de sus propios protagonistas: Los políticos. Existen dos formas de gobiernos: Autocracia y democracia. La autocracia es sinónimo de dictadura, absolutismo, tiranía, donde el gobernante procede de la imposición, por armas, matando a los ciudadanos, u otros ingresan como corderos en votación popular y estando dentro se convierten en los lobos tiranos, mandamases, que se creen dueños de las ideas, de la razón. La democracia es sinónimo de participación del pueblo, de libertad de expresión, de república liberal. Entonces, la población no tiene más alternativas que escoger: El gobierno es un tirano dictador o es el pueblo el que elige en votación universal. Los países del mundo han sufrido por mucho tiempo el absolutismo de gobiernos tiranos autócratas, donde los medios de comunicación deben expresar o publicar solamente las disposiciones del gobierno y nadie debe contradecir, de lo contrario el rebelde paga con su vida, con encarcelamiento o con tortura. Los ejemplos son los que sobran: Hitler en Alemania, Chávez y Maduro en Venezuela. Algunos actos muy conocidos de estos gobiernos: Matar a seis millones de judíos, a personas indefensas, solo porque se le ocurrió al gobernante. Como si a un gobernante actual se le ocurre matar a las personas de piel blanca, por su fragilidad y debilidad ante la exposición del sol. No tiene sentido. Sin embargo, eso ocurrió en el siglo anterior. Pero, ahora está sucediendo algo parecido, aunque en menor magnitud: Disponer la muerte de presos en un penal, a personas indefensas, por causar amotinamiento, sedición, rebelión.

Disponer la muerte de nativos, de comunidades de la selva, por expresar su disconformidad con normas legales arbitrarias, que atentan contra el medio ambiente de la selva, hechas en cuatro paredes, en la capital. Disponer el encarcelamiento de líderes por expresar su disconformidad con la política gubernamental pésima, que tiene al país de Venezuela totalmente desabastecido de productos alimenticios básicos, muy parecido a lo sufrido por Perú en el segundo quinquenio del ochenta. En resumen, estos malos actos de los gobiernos, no solamente se dan en gobiernos autócratas, también suceden en gobiernos demócratas; la diferencia está en que en el autócrata nadie alza su voz, porque es muerto o cae preso, además no tiene fin; mientras que en el mal gobierno demócrata, los medios de comunicación y los líderes tienen libertad de expresar su disconformidad y solo dura un periodo. El problema de ésta última forma, es cuando el demócrata cambia de color como el camaleón, se auto convierte por conveniencia, de demócrata a autócrata, como ocurrió en Perú, Venezuela, Ecuador y Bolivia.

Bajo el marco de éste panorama, el futuro de la democracia debe sentar bases de fortalecimiento de los partidos políticos, pues, la democracia se sustenta en la participación de la población, de que los comités distritales, provinciales, departamentales y nacional, estén democráticamente constituidos con la participación libre de sus integrantes. Ante la amenaza del resquebrajamiento de la democracia, debido a malos gobiernos por actos flagrantes de corrupción, son los líderes de los partidos políticos los que están obligados a ensalzar las virtudes de la democracia y a poner en práctica mediante elección libre de sus líderes en todos los estratos geográficos.

Lamentablemente, los líderes de los partidos tradicionales, de mucha raigambre histórica, al parecer han perdido el uso de los sentidos básicos humanos, es decir, no escuchan el clamor del pueblo, no observan la triste realidad de los gobiernos corruptos, no sienten la necesidad de una re evolución de los añejos partidos políticos, no huelen el pestilente acto corrupto de los gobiernos de turno, no palpan el palpitar desesperante de la gente. No es que los líderes de estos partidos políticos digan floridos discursos. No, los discursos llenos de mentiras han llegado a cansar a los pobladores. La gente quiere actos diferentes. Poner en marcha esta re evolución de los partidos políticos va durar mucho tiempo y será por caminos muy agrestes, porque los propios líderes están con sus sentidos llenos de materialismo, específicamente con los ojos cargados de dinero. ¿Dónde está el amor al prójimo? ¿Dónde está el desarrollo del hombre con valores espirituales e intelectuales? ¿Dónde está Dios?

En los últimos meses, líderes nacionales de los partidos más representativos del país, han impuesto elecciones de comités departamentales, solo para tener como “dirigentes candidatos” a quienes quieren, acorde a sus conversaciones privadas, con fines de poder y económicos. Por supuesto, no ha participado la ONPE y tampoco los partidarios debidamente organizados, bajo el verdadero marco de la democracia. Esta forma de imposición ya se había hecho en la campaña anterior y resultan candidatos de los partidos quienes no participan en los partidos, salvo en tiempos de elecciones; es decir, los candidatos de ésta próxima campaña serán impuestos por los propios líderes nacionales, demostrando autocracia en el interior de la democracia, solo por intereses monetarios ¡Qué ridículo! ¿Cuál es el futuro de la democracia con partidos políticos en decadencia? La continuación de la danza de la corrupción.

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