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lunes, mayo 6, 2024

Levantemos la voz, la veces que sean necesarias

¿Hasta dónde se considera algo privado en nuestras vidas?. Considerar la agresión como privado hace que se queden en las cuatro paredes, que es como quiere el agresor, para que no haya la sanción social de lo más despreciable: la agresión, en cualquiera de sus formas.

La agresión no tiene sexo, no tiene profesión, no tiene condición social, no tiene piedad y no debería tener perdón. Cuando inicia, con el ya conocido maltrato sicológico debemos prender la alerta y evitar que suceda constantemente.
Cuando por una de las partes, en una ralación, crean que no puedan manejar más los impulsos que a lo único que lleva es al maltrato, creo que debe empezar la retirada, porque esto se va acumulando, dañando no solamente a los dos involucrados, sino a muchos miembros que comparten, los espacios y la vida de los protagonistas.

¿Se puede amar a alguien que nos hace daño?…. Si crees que sí, habrá que analizar lo que está pasando. Podemos ayudar a que cambie, quizás, pero lo que no podemos hacer es soportar humillaciones.
Varias personas cuando se trata de denunciar agresiones, se preguntan, ¿por qué sucede?. ¿Qué habrá hecho la otra parte?.

Considero que si hay algunas cosas de la pareja que ya no nos gusta, se debe conversar y llegar a algunos acuerdo y si no existen lo más saludable es, después de luchar, continuar los caminos.

Parece fácil en el papel y no lo es, pero es mejor tener tranquilidad en el alma que tener una vida de constante agresión y vivir en suplicio por esperar algo que nunca llegará. No más violencia, no nos quedamos calladas. Levantemos la voz.

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