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domingo, mayo 11, 2025
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UN CÁNCER SOCIAL

Tal vez escuchaste la frase: “Que robe, pero que haga obras”, aquella frase llena de hipocresía y conformismo, y más que conformismo suele encarnar resignación, esperanzas rotas y llenas de impotencia. Aquel sentimiento de impotencia lo sufrimos todos los peruanos por ver desangrar y morir lento a su país por causa de la CORRUPCIÓN, un mal social que entre intentos e intentos no se logra destruir.

¿Cuánto dinero drena la Corrupción?, pues en los últimos informes hecho por la Contraloría Nacional sobre pérdidas por corrupción del año 2019 y 2020, se reportó que fueron más de 23 mil y 22 mil millones de soles respectivamente, haciendo un aproximado del 15% y 12 % del presupuesto nacional de esos años, y también establece que la perdida a nivel de los Gobiernos locales, asciende a 4 mil millones de soles, siendo el 17.6% de su presupuesto. Lo que evidencia tristemente que las perdidas por corrupción son sostenibles.

Por ello que el costo de la corrupción no solo asciende a pérdidas económicas, como el daño patrimonial al Estado, con el consiguiente costo de oportunidad para una mayor cobertura y mejor calidad en la provisión de los bienes, servicios y obras públicas que la ciudadanía demanda y que el proceso de crecimiento económico requiere; sino también en términos macroeconómicos, como en la dimensión social, con la distorsión del destino de los recursos públicos que afecta la focalización de estos recursos, haciendo que no lleguen a los beneficiarios para quienes se había destinado, aspectos que afecta la vida de las personas, y en la dimensión política es igualmente devastadora, pues socaba la confianza de la ciudadanía sobre sus autoridades y su estado de Derecho.

El Perú considerado entre los países más corruptos del mundo, como lo revela la organización Transparency Internacional (TI), reconocida por su lucha contra la corrupción a nivel global, quien publica anualmente el índice de percepción de la corrupción sobre 180 países, y para su reciente informe del pasado enero 2022, revela que nuestro país ocupa el puesto 105 de entre todos los estados evaluados, debido a una puntuación baja de 36 sobre 100, dato que resulta vergonzoso para los peruanos, pero nada extraño, y se espera que sigamos descendiendo, o permanecer estancados en los puestos inferiores. Así mismo por el informe, Delia Ferreira R., presidenta de la organización, señaló al respecto:

“Los países de América están totalmente estancados en la lucha contra la corrupción. Los líderes corruptos apuntan contra activistas y consolidan su poder, al tiempo que se atacan los derechos de la prensa, la libertad de expresión y la libertad de asociación. Se necesitan acciones contundentes para revertir esta tendencia, proteger a la sociedad civil y defender los derechos humanos y la democracia”.

La corrupción azota todos los días, cada vez que un ciudadano prende su televisor y sintoniza las noticias, cuando la inestabilidad política social está llena de incertidumbre, cuando el peruano lucha por rendir en el día a día, con el elevado costo de vida que estamos sintiendo, este mal abofetea de muchas maneras. Si bien existen muchas variables que impiden el desarrollo sostenible de un país, pero el más influyente de todos es la Corrupción en todos sus ámbitos, con todas sus caras. Con este mal social entre nosotros, lamentablemente el crecimiento del país es inexistente, y la posibilidad de un buen futuro para la presente y nueva generación.

Es así que sostengo fielmente la opinión de que la SOLUCIÓN de todos los males que aquejan a un país y su sociedad esta en la EDUCACIÓN, y por eso enfatizar en mejorarla y potenciarla es clave.

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