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domingo, mayo 18, 2025
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Leer con placer

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Hola mis queridos lectores de miércoles estamos de vuelta como dicen por ahí, muchos quieren que desaparezca otros y otras quiere que me pase algo; pero muchos nos aprecian por lo que siempre entregamos cada semana en fin que vivan los envidiosos. Haciendo un tanto de recuerdo acerca de la situación de vida de nuestras enseñanza y preguntamos a nuestro auditorio de lectores ¿Cómo recuerdas que te enseñaron a leer y escribir en tu momento de estudiante? Recuerdo como si fuera ayer con silabas y letras que antes me costaba entender lecturas correspondientes.

En esta semana se ha establecido actividades del aprendizaje de lectura y escritura con la experiencia de la Universidad Peruana Cayetano Heredia y el gobierno regional de San Martín, denominado “Amazonía Lee” o proyecto “Enseñar es Liderar” se fundamenta en la estrategia de la lectura y escritura desde la conciencia fonológica con importantes aportes que fueron investigación que ahora es trasladado a nuestra región de san Martin, me imagino que algunos tontos maestros o dirigentes que no hacen nada solo chillan permanente estarán en contra de este proyecto. Sin embargo que esta propuesta es determinar y consolidar una comunidad lectora que es complicado pero nada difícil esta experiencia vierte esta lucha por una comunidad lector y educada.

Es preciso mencionar teorías como del gran Piaget afirma que “es el pedagogo y una pedagogía experimental particular quienes deben decir cómo aplicar los fenómenos psicológicos a la pedagogía…(porque)… es imposible obtener deductivamente y a partir de los datos de la psicología una concepción pedagógica”.

En 1979 se publica una obra de Ferreiro y Teberosky, que sacude las concepciones entonces vigentes sobre el aprendizaje de la lengua escrita. Sinclair prologa la obra augurando que “puede abrirnos horizontes insospechados aunque, evidentemente, no puede darnos soluciones mágicas, ni menos aún ‘recetas’ … después de haber leído esta obra los psicólogos y pedagogos podrán iniciar nuevas investigaciones y considerar nuevos modos de enseñanza sin el riesgo de lanzarse por callejones sin salida” (Ferreiro y Teberosky,).Nótese que ser habla de “modos” y no de “métodos”, porque “se considera que es preciso desplazar el eje de la discusión pedagógica…centrado en una disputa metodológica” (Ferreiro, 1989, p.109) puesto que hay que entender a un proceso de aprendizaje que no está ni puede estar determinado por los pasos de método alguno.

Ahora, después de muchos tenemos una historia que analizar respecto al paso de esos descubrimientos psicológicos a la pedagogía. Hay una experiencia que los niños… nunca esperan tener seis años y una maestra delante para comenzar a aprender. Son constructores del conocimiento desde el comienzo mismo. Han tratado por sí mismos de encontrar respuestas a problemas muy difíciles y abstractos planteados en el esfuerzo por comprender el mundo que los rodea. Están construyendo objetos complejos de conocimiento, y el sistema de escritura es uno de ellos” (Ferreiro, 1987, p.42).

Aprender el lenguaje escrito es algo que no se limita a la escuela, aunque ésta desempeñe un papel muy importante. Pero muchos aspectos de este lenguaje se empiezan a aprender antes de llegar ella (incluso al preescolar) y se continúan aprendiendo paralelamente a la enseñanza escolar, fuera del aula o incluso dentro de ella en situaciones informales.

Para que alguien aprenda el lenguaje escrito, se necesita de un ambiente que proporcione las experiencias pertinentes, es decir, de un ambiente alfabetizador. La enseñanza de las letras no puede ser sustituto de las vivencias propias de un ambiente alfabetizador, tales como los juegos de escritura y redacción; el acceso a curiosear y a preguntar sobre diversos portadores de escritura; la posibilidad de ser testigo, y mejor aún, destinatario, de lecturas realizadas por los que ya saben leer; el encuentro de retroalimentaciones moderadas y amables sobre los propios intentos de lectura y escritura convencionales (y la inserción en diversas situaciones de uso del lenguaje formal). Cuando la escuela no proporciona un ambiente alfabetizador pero el entorno sí, o al menos algunos de sus elementos la enseñanza de las letras puede prosperar y devenir en una verdadera alfabetización. Pero muchos niños no cuentan con ese entorno y de ahí la urgencia de que la escuela se los proporcione” (Aranda, 1993). El ambiente alfabetizador puede estar fuera o dentro de la escuela, aunque lo ideal es que se presente en ambas situaciones. Aún en los casos en que exista un ambiente alfabetizador suficientemente rico en el ambiente extra-escolar, no está por demás que la escuela incorpore en su seno los aspectos integrales del lenguaje escrito ligados a la vida que se desarrolla fuera de sus muros, para profundizar e incluso acelerar su aprendizaje. Maestros y maestras del llamado PEEL, hay una nueva propuesta que debemos enmarcar y avanzar desde la familia hasta la escuela y obtener buenos resultados.

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