El aprismo ahora pretende decirnos que la amistad entre Ollanta Humala y Rafael Correa hizo posible la captura de Gerald Oropesa, con la finalidad de generar una cortina de humo con lo sucedido con las agendas robadas a la primera dama Nadine Heredia.
Yo no creo que se llegue a tanto por unas agendas cuyo contenido no es necesariamente incriminatorio para nadie. De hecho, es cierto que el gobierno de Ollanta Humala (o de su esposa), es un desastre que merece ya hasta irse por incompetente y por haber traicionado tanto a la nación, pero más allá de eso, no creo que Humala tenga amistades que se inmolen de esa manera.
Lo que sí considero es que los apristas deben estar ajustando los dedos, mordiendo la lengua, frunciendo los ojos, pidiendo que de Gerald Oropesa no haya ninguna revelación que afecte al partido tan vinculado al narcotráfico en este último tiempo.
Narcoapristas, narcoindultos, narcotráfico en la campaña, entre otros son el sinó del aprismo en los últimos tiempos. Ya en San Martín perdieron de tanto traicionarse. Y todo debe saberse… Lenin Quevedo Bardález