Las noticias de todos los días, de cada instante, tratan sobre el accionar de la delincuencia. ¿No es apología a la delincuencia? Que el asalto en la carretera a más de cincuenta vehículos a solo metros de la patrulla; que el cogotero al paso en la calles; que el atraco del taxista; que el moto taxista hace lo propio para no quedarse atrás; que el hotelero entrega el dinero al que le apunta con el revólver y que luego el delincuente ingresa a todos los cuartos de huéspedes hacer lo mismo; que las cámaras filman a los delincuentes que roban arma en mano en las tiendas, restaurantes; que medio centenar de delincuentes ingresa a las casas a llevarse todo lo que quiere como una auténtica mudanza, que todo el grupo es atrapado e internado en el calabozo y en menos que canta un gallo sale a la calle a risa batiente, burlándose del sistema y de la gente. Que el narcotraficante se escapa de la cárcel por el túnel de un kilómetro como sale el can de casa por la puerta abierta sin que nadie se dé por enterado, los medios transmiten por muchas horas los videos y los custodios recién se ponen los zapatos para salir a la calle y ver si llueve.
Que el narcotraficante capturado en un país vecino hacía celebraciones de cumpleaños con excesivo despilfarro de dinero que no era suyo, y además, para variar, se dedicaba a la competencia automovilística, ¡qué gran novedad!, hay que cubrir con horas de televisión y radio y muchas páginas de periódicos. Que la centralita por aquí, que la centralita por allá. Han pasado por ahí personalidades de la farándula, de la política, de la policía ¡Ah, qué gran importancia! Hay que cubrir toda la información.
Que la agenda, que la pericia grafo técnica de la última dama. Que el amigo de campaña se refugia en un país vecino por supuestamente persecución política y que luego es capturado…Toda una mazamorra dedicada a delincuentes hecha con diferentes ingredientes.
La delincuencia ya no es patrimonio de la clase omega; ahora ha invadido con descaro la clase alfa. ¿Clase? ¿A quién se le ocurrió dividir a las personas en clases? Que los padres de la patria estén entreteniéndose en sacar boletas adulteradas de pollerías; en usar cable y agua de manera clandestina; en pagar la nana de la madre con recursos provenientes del Estado, son signos de degradación extrema de la clase política, que es la supuestamente la élite de la sapiencia. El delincuente cogotero ingresa a la cárcel y pronto sale a hacer lo mismo. La autoridad que amasó fortuna con dinero del Estado con sus famosos ADICIONALES en todas las obras públicas, no solo se ríe del sistema democrático, sino, pretende seguir en otro cargo de mayor rango, por supuesto para seguir con lo mismo, bajo el esquema de procedimientos mejorados ¡Qué bonito juega la selección, aunque pierda por goleada los partidos!
Existe obligación del pueblo, tomar medidas integrales y planificadas, para frenar esta catástrofe moral. El diluvio no vendrá algún día, esta debacle ya está en el corazón y mente del humano. El cuello de botella no está necesariamente en la economía, en la materia, ahora el problema está en el corazón y la mente de la gente. Hay necesidad de reestructurar todo el sistema de vida, bajo la auténtica valoración de la persona integral, como materia, alma e intelecto. ¿Por qué nos esforzamos en orientar la vida humana de manera sesgada, solo pensando en materia, materia y materia? ¿Dónde está el sentimiento? ¿Dónde está la mente? Ya es tiempo de dejar la moda de la delincuencia materialista, para dar paso al enfoque de vida integral del hombre, para una vida humana feliz, llena de valores.