La mayoría de los sanmartinenses no soy muy optimistas con relación a lo que nos podría deparar el nuevo año que acaba de comenzar. La razón principal estriba en dos situaciones que son el resultado de dos errores cruciales en la manera de actuar de nuestros políticos: su poca generosidad para dar respuesta a las iniciativas que se les presenta, de un lado; y del otro, la infelicidad en no saber elegir a sus funcionarios de confianza. Por eso el resultado mediocre de las gestiones. Y mucha gente se pregunta por qué ocurren estas cosas, que mi experiencia de burócrata me permite dar con las respuestas.
Gran parte de los errores de las gestiones políticas, en cualquier nivel de gobierno, estriba en que se dejan deslumbrar por personas que han sabido venderse de “técnicos. Estos, cuando ya forman parte del entorno, ponen en juego las artes de la desinformación y la manipulación, que terminarán llevando las gestiones por el lado equivocado. Lo que se dice en términos coloquiales: ´les hacen ver pajaritos´. Si el decisor político no es avispado terminará creyendo que todo lo que le dice su círculo de confianza le lleva por el camino correcto. Son pocas las autoridades que tienen capacidad de reacción; algunos, cuando lo hacen resulta ya muy tarde.
El tema de EMAPA es un claro ejemplo de ineficiencia de gestión política y técnica. Porque debemos entender que toda acción técnica y sus resultados derivan de una correcta decisión política, desde, por ejemplo, saber elegir a un equipo de trabajo. Porque sus problemas (que también son los nuestros) se han venido manejando como si fuera una infección indolora, pero que al final hace crisis…Lo importante y principal: sus problemas serían financieros y no la escasez de agua en la cuenca. Si no se ha sabido armonizar estos dos factores, los ejecutivos, por más que tengan ochenta doctorados, no van a tener la pista para resolver el problema de fondo, y se irán por la tangente… Me explico.
Los resultados de las gestiones, tanto públicas y privadas, dependen de la gente con qué cuenten. Lo demás es cuento chino. No puede dar cátedra de gestión empresarial la persona que siempre ha fracasado en sus negocios propios y ha sido factor decisivo en la quiebra de otros, y cuya deshonestidad es manifiesta. Lo que sabemos, interpretando a Peter Senge, es que las organizaciones no son entidades estáticas sino que son entidades que aprenden y para eso tiene que haber un liderazgo compartido y una voluntad de desarrollar aptitudes para la innovación. Todos conocemos la popular expresión: lo único permanente es el cambio….Pero muchas veces llegan estafadores, que andan sueltos.
Otro aspecto crucial es el saber escuchar. Es sabido que los gerentes y las personas que deberían cumplir una acción sinérgica y de potenciación de las acciones de los decisores políticos, les ocultan las propuestas que nunca llegan a los despachos de los decisores políticos de los diferentes niveles de gobierno; si es que llegan, el entorno juega su papel de manipulador e, intencionalmente, les hacen tomar el camino equivocado. Pero los decisores políticos también fijan la agenda en estos casos.
Los decisores políticos, o líderes políticos que ejercen acciones de gobierno, llegan a esos momentos en que deben tomar decisiones cruciales, como cambiar el entorno, por ejemplo. Y no lo hacen porque se dejan deslumbrar por los cuadros estadísticos que, en la mayoría de los casos, son maquillajes de la realidad. Por eso, hay burocracias que se dedican a la elaboración casi artesanal de cuadros y cuadros y no se dedican a reflexionar sobre sus planes estratégicos y su vinculación con los planes operativos, como buscando los nueve mil millones de nombres de Dios. Entonces llegamos a esa situación cuando tenemos que decir, como Juanito Zambrano: ¿”Yyy pimo”? …[Volveremos con este tema].