Moyobamba. Un grupo de ronderos detuvieron al alcalde de Yantaló, José Cabrera y al gobernador distrital Edgar Quispe Tarrillo, ya que estarían comprometidos en el asesinato del presidente de las rondas de ese distrito Ramiro Díaz Silva, el sábado 26 de diciembre.
Inmediatamente fueron trasladados al distrito de Soritor. Antes de ser trasladados, fueron interceptados por un cordón policial, pero fue en vano por la determinación de los ronderos de hacerle declarar por este caso en sus bases.
Ramiro Díaz, fue asesinado de un balazo en el pecho, en momentos que salía de su chacra. En un principio creyeron los presentes que el mismo dirigente rondero se había baleado.
Uno de los testigos dice que presumen que al finado lo estaban esperando, pero debido a la oscuridad de la noche no pudieron seguirle. Sólo escuchamos el disparo. El dirigente rondero llegó cadáver al centro de Salud.
De inmediato, llegaron cientos de ronderos para reforzar el trabajo. Junto al alcalde yantalino estuvo su sobrino vino desde Cutervo para dar resguardo al alcalde y al gobernador distrital. El occiso se dedicaba a la siembra de arroz.
Por su parte, el gobernador distrital Edgar Quispe Tarrillo dijo que no había tenido altercados con el presidente de las rondas de este distrito, por eso lamentaba este hecho de sangre. “Espero que se investigue este caso, porque nosotros también podemos ser víctimas de este tipo de hechos”, subrayó.
Alcalde de Yantaló se defiende
Por su parte, el alcalde del distrito de Yantaló José Cabrera, mientras era conducido en una combi hacia una base ronderil en la localidad de Soritor negó tajantemente estar involucrado en este asesinato.
“Estoy yendo voluntariamente a la base ronderil” dijo desde el carro. “Yo tengo mi versión, la gente tiene la suya, tuvimos problemas políticos no personales” sentenció Cabrera.
“Nosotros resolvimos nuestras diferencias y de ello hay grabaciones, por ello nada tengo que ver. Quiero que se hagan las investigaciones”.
Dijo luego que efectivamente hubo unos disparos en Yantaló al momento que era intervenido, pero de repente fueron los policías.
“Soy el alcalde y me importa la vida los pobladores” dijo finalmente. (Alfonso Delgado G.)