Juanjui. Dos aulas escolares desoladas, el techo con calaminas arruinadas y desprendidas a un costado del local, materiales educativos y enseres deteriorados por las lluvias, son los destrozos a la Institución Educativa Primaria de Huinguillo N° 0010 que dejó el fuerte viento arremolinado que arrasó la tarde del domingo 7 de julio a su paso por esa localidad, ubicada al margen de la carretera Fernando Belaúnde Terry, distante a 21 kilómetros de Juanjui.
Las autoridades comunales han tenido que acondicionar el local de la capilla de la iglesia, donde los alumnos reciben sus clases con las incomodidades, hasta que se dé solución a la emergencia.
La comitiva de autoridades de la provincia, conformada por el alcalde Renán Saavedra Sandoval, el subgerente del Gobierno Regional Juanjuí, Tito Pérez Gómez y el Ing. de obras, Zarpán, así como la directora de la Unidad de Gestión Educativa Local (UGEL), Lic. Sofía Paredes Flores, el secretario técnico de Defensa Civil, José Luis Ruíz Rengifo y la prensa local se constituyeron al lugar del siniestro para verificar los daños y de inmediato asumieron compromisos de ayuda para reconstruir el ambiente escolar en un plazo de 15 a 20 días que permita a los dos maestros y 50 niños pobres, desarrollar sus clases con normalidad y en mejores condiciones pedagógicas.
La municipalidad provincial donará 150 planchas de calamina que se requiere para el techado; el gobierno regional proveerá de la madera para el armazón y los tijerales de la terraza; la directora de UGEL se comprometió a resarcir prontamente los materiales educativos otorgados por el Ministerio de Educación como textos y cuadernos escolares, de escritorio y otros enseres que fueron dañados por la torrencial lluvia; La Asociación de Padres de Famila (APAFA) y la dirección del plantel removerán los escombros para rescatar los materiales que sean útiles y aportarán su mano de obra.
Esta respuesta inmediata del trabajo conjunto de las autoridades fue agradecida y destacada por la población de Huinguillo.
Tormenta generó pánico en la población.
A las 3 y 30 de la tarde se desató un fuerte remolino acompañado de fuertes vientos que azotaron por 20 minutos destechando la escuela y creando pánico entre los niños, los padres y autoridades, que felizmente no sufrieron lesiones ni desgracias personales. Así narró el director Warren Vásquez Centeno, que ese momento con el riesgo de su vida, se hallaba trabajando en su aula y pudo ser testigo de cómo la brutal furia de la naturaleza levantó los techos de calamina.
En plena lluvia los pobladores ayudaron a rescatar las laptop, parte de los materiales educativos y los alimentos de Qaliwarma.
“Creíamos que el fin del mundo se nos venía, pues nunca presenciamos un fenómeno natural con estas características en la comunidad que mayormente es afectada por las inundaciones del río Huallaga, testificó una humilde madre que contemplaba con tristeza el local siniestrado. (Carlo A. Pérez)