Por Ricardo Quevedo
Un amigo que ahora es abogado me preguntó qué es lo que realmente defiende un abogado. Le respondí: el principio de la verdad. La verdad, sea el color que tenga, siempre va a ser la verdad.
Por el principio de la verdad, muchos perdieron la libertad y perdieron la propia vida. No siempre es satisfactorio defender la verdad, cuesta sostenerse en ella, y sobre todo cuesta vivir los principios de la verdad en todas sus manifestaciones y en todas sus variantes.
¿Será la democracia el principio de la verdad? ¿Será el pueblo celoso guardián de la verdad? ¿Hasta dónde las autoridades encarnan la defensa de la verdad? Lo cierto es que la democracia es el ropaje de una circunstancia y de una determinada coyuntura política.
Por ello las dictaduras gobernaron pensando teóricamente en nombre de la democracia, pero actuaron como caudillos y militares, sin respetar los debidos procesos de una sociedad que busca en compañía de sus ciudadanos ser cada día mejores y responder a expectativas mejores.
A una autoridad sea de la dimensión local o nacional, el pueblo que es soberano siempre le va a colocar y quitar de un cargo respectivo. Las instancias judiciales tienen una labor de investigación, durante y sobre todo con mayor documentación, luego de haber culminado la labor de esa autoridad.
Son pocos los alcaldes, presidentes regionales y presidentes de la nación que entraron en procesos de investigación luego de haber culminado sus gestiones administrativas.
Al más cercano tenemos al ex alcalde de Lamas, Víctor Sifuentes, puesto en carcelería un par de meses, luego salió en libertad. La pregunta es: ¿las instancias judiciales le acusaron mal? ¿o la misma instancia judicial se vio doblegada por la defensa del ex alcalde implicado en malos manejos de la administración pública? ¿O son los medios de comunicación los que tienen la mejor estrategia para ponerle en la mira por un supuesto ilícito a una autoridad respectiva?
Lo cierto es que el principio de la verdad que supuestamente defiende la abogacía, cae en profundas contradicciones. No se sabe cuándo un abogado realmente está defendiendo la verdad, o la misma verdad está siendo sometida a procesos de adulteración.
El otro caso cercano que también conocemos y que sufrió varios meses de carcelería, es precisamente el ex presidente del Gobierno Regional de San Martín, Max Ramírez, luego, salió también en libertad.
Los abogados de ambos ex funcionarios defendieron hasta donde la verdad les acompañaba, y el debido proceso que es un derecho constitucional se les respetaron, por ello hoy están libres, de otra manera, contrario sería la suerte de ambos. Aún cuando el delito está comprobado, si ese cliente no goza del debido proceso, jurídicamente hay una cierta falta.
Los alcaldes que salieron calificados relativamente por el voto de la población en esta consulta popular, deben calentar mucho más sus baterías de buena gestión al margen de los vacíos y muchos errores que les imputaron.
Nadie quiere que una autoridad pase o termine sus días en prisión, tan sólo por no emplear el sentido común de las cosas, el sentido común de una buena administración y sobre todo el sentido común de la justicia y de la verdad.
Solamente queda preguntarse, ¿para estos tipos de acusaciones, para estos tipos de tanteos electorales, para estos tipos de movilización, sirve la democracia y su contraparte de personajes políticos para ser defendidos? Gastando el Estado millones de soles y a vuelta de la esquina para volver a gastar en las próximas elecciones varios de millones más.
¿Si para esto solamente sirve la democracia, la dictadura, para qué sirve? ¿Los abogados qué papel cumplirían? ¿Y el principio de la verdad acaso sería defendido siempre?.