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jueves, julio 3, 2025
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Una buena noche con final feliz…

He disfrutado noches de todo tipo, algunas sin duda fueron desastrosas, otras un tanto agitadas, algunas solitarias y sin duda hubieron noches que estuvieron muy buenas, de esas que dan ganas de repetir.

Recuerdo aquella velada romántica frente al mar, ese viaje inesperado fuera del país, las noches de maratón de películas en familia y sin duda esas conversaciones interminables con amigas. Las noches buenas tienen una esencia especial, características en común, ese cosquilleo en el estómago, el corazón palpitando a mil y la sonrisa que no se borra en semanas. Lo mismo sucede con la navidad, por ejemplo en mi vida la navidad tiene mucho significado, de niña mis ojos brillaban esperando que sean las doce, se tenía un hermoso ritual con el pesebre y luego se abrían los regalos. La familia estaba unida y feliz. Prender una luz de bengala, era mi mejor hazaña de medianoche.

Las celebraciones por navidad tienen distintas tonalidades: alegres, solitarias, entrañables o tristes. Pavo, chancho, pollo, panetón, chocolate, vino. Esta es la época en la que más se engorda y no me extraña: si comemos sin parar.
Y ni qué decir de la hipocresía viajando por las nubes formadas como un aura encima de nosotros. En navidad siempre aparece ese familiar que no le cae bien a nadie pero que “es familia” y al que tienes que aguantar durante toda la cena. No me malinterpreten, reunirse con la familia es de las pocas cosas buenas que tiene la navidad, pero ¡vamooos! todos tenemos a ese familiar que te recibe con “cumplinsultos”: “Hay que ver que hermosa te has puesto“, traducción “Estás más gorda“, “Y tú, ¿cuándo tendrás bebes? traducción “O te das prisa o ya no serás fértil“. Ese familiar que siempre tiene un “Déjame a mí que tú no sabes“, en la punta de la lengua. Ese familiar que, en definitiva, desearías que no tuviera lazos de sangre contigo. Y ojo, a menudo no los tiene: suelen ser tus cuñados o tus tías políticas… seguramente porque su familia ha sido más lista que la tuya y se libró de ellos hace tiempo.
En estas fechas, los días y las noches se vuelven irritantes, no solo es el sonidito de las luces rojas y amarillas que nos dejan con dolor de cabeza, también están las decoraciones del bonachón con barba blanca y panza prominente que lo encontramos por todos lados. Tu mamá se vuelve psicópata cambiando cada rincón de tu casa, las tazas, mesas, sillas y baños están minuciosamente decorados con todos estos personajes que utiliza el comercio para decirnos que debemos ser “buenas personas” en estos últimos días del año.

Estar felices, lucir una radiante sonrisa y ser amables, parece que es una regla que se debe cumplir obligatoriamente. Y así, aparecen las emociones maltratadas que afloran ante cualquier insinuación de bondad y amor con sonidos de villancicos frustrados.

No todo lo que brilla es oro y aunque la navidad es una fiesta que muchas personas asocian con momentos gratos, para otras es una de las épocas que solo son motivo para que tu tarjeta de crédito se quede sin fondos. Pues demostrar el amor, se reduce en regalar algo “bueno”.

No te volverás Madre Teresa de Calcuta o el papa Panchito en diciembre, así que no compitas, diviértete cuanto puedas, disfruta de estos días como mejor te parezca y contagia tu alegría donde vayas, no solo hoy, sino todo el año. Si en cambio estas fechas te resultan molestas, detente y piensa en algunas cosas, por ejemplo, que no eres rara, no es obligatorio ser feliz y tampoco es fácil divertirse tanto como lo hace la gente que sale en la televisión con panetón, chocolate y pavo.

Estas fechas pasarán como pasa todo. Sí, llegarán otra vez, pero para eso queda todavía un año y las cosas pueden haber cambiado mucho. Por eso diseña tu propia navidad, una navidad que te guste a ti. Dejen de gastar tanto dinero en trivialidades, ¿qué importancia tiene? Algunos no tienen comida durante todo el año, mucho menos regalos o chocolate en navidad.

Navidad es una fecha ideal para compartir felicidad con la familia, con aquellos que sí te aman de verdad. Se trata de vivir en paz y en buena onda. Y tú, trata de hacer el bien porque te nazca de corazón y no por quedar bien con la sociedad.
Por eso, no trates de tener una noche buena, esa que te exige ser hipócrita, mejor elije tener una buena noche con final feliz…

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