Bajo el sol resplandeciente que se oculta tras las nubes, chispoteando rayos de luz sobre el valle del Alto Mayo, los amantes del carnaval apuraban los detalles de sus máscaras, perfeccionaban las vestimentas de sus diablos, otros eran los encargados de que nadie se encuentre seco, bajo la consigna que todos deben estar empapados de la fiesta popular que conlleva la algarabía de su gente.
Con gran jolgorio vivió la población de Moyobamba el último día del Carnaval Moyocho 2014, y a diferencia de otros días, el sol empezó a dispersar sus primeros rayos de luz desde temprano, agrupando a diferentes personas que lucían máscaras endemoniadas por el verdor de la Amazonía y sus shapingos, que se esconden detrás del follaje de los bosques, contagiándose de esta actividad sumamente divertida.
La concentración de las personas, los conocidos diablos, la vaca loca, el ño carnavalón y sus acompañantes, como la señorita Carnaval, la sacha reina, seguido de toda la alegría del pueblo moyobambino, se agruparon en el barrio de Calvario, para que posteriormente llevaran sus globos y su baldes de agua, inundando de alegría las principales calles de la ciudad. El día culminó con la fiesta del carnaval en el local de la Punta de Doñe, en el barrio de Calvario, donde tanto el sol, como el amor, duelen y donde la alegría siguió empapando a toda la gente con vasos de cerveza y esa música que nos hace mover los pies al compás de la pandilla.
Finalmente el Carnaval Moyocho finalizó el día martes 4 de marzo con el concurso de comparsas y disfraces que partieron desde el cruce de Uchuglla para finalizar la fiesta popular que esperamos cada año, y todo terminó en el gozo de la gente, divirtiéndose en el campo ferial con la orquesta Corazón Universal.
El Ño Carnaval Moyocho, dejó en miércoles de ceniza su testamento y muchos de sus hijos recibieron alborotados lo que su padre les había dejado como herencia, para que el próximo año se celebre mejor esta fiesta universal, que es un Patrimonio Cultural Inmaterial, que gracias al esfuerzo de mucha gente, patronatos y algunas autoridades, se ha convertido en un producto turístico que dinamiza la economía de los pueblos.
La fiesta multicolor que une a los pueblos ha llegado a su fin y en el corazón de la gente, mojado con la pasión por la Amazonía, la esperanza ha vuelto a latir con mucho más frecuencia que antes y en buena hora que hayamos disfrutado de la fiesta.(Pedro Vásquez Puerta)