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sábado, mayo 10, 2025
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Chazutinos ancestrales

Siempre me visitan para opinar sobre mis columnas periodísticas que publico en los diferentes medios de prensa. Vienen sin malicia y yo mismo me pregunto y reflexiono sobre “de mi qué” obtengo información para mis notas semanales. Les explico a mis simpáticos visitantes que, en primer lugar, no plagio ni me apropio de ideas ajenas porque soy enemigo de esas cosas, y me gusta escribir sobre temas que le gustan a los lectores y por mi propia satisfacción, para evitar el estrés y procurar que el mundo sea un poquito mejor cada día. Desgraciadamente existen Trump y Mulder. [Con su actitud de siempre el “popular” pero de chacra está cuestionando la probable sentencia del Tribunal Constitucional que revoca una norma sobre el transfuguismo en la política. ¿Alguna vez será propositivo y constructivo este congresista?].

El sábado pasado me visitó Bildoso Sangama Guerra (Chazuta, 1960) para una conversación amena. Él siempre me visita para los temas de la historia de Chazuta; sobre todo de esos personajes que siendo parte de la historia local son personajes universales. Algo un alto: hace poco me visitó Roller Saurín Pezo, un funcionario del Proyecto Especial Huallaga Central y Bajo Mayo, que siguió las incidencias de nuestra travesía en balsa por el río y llegó para obsequiarme videos sobre dicha experiencia. Obviamente, le agradezco profundamente. Bueno, con Bildoso hicimos remembranzas de esos tiempos quizá históricos de un pueblo que, hasta los años setenta, vivía una especie de ostracismo y que la carretera lo incorporó a la dinámica nacional y, por qué no decirlo, mundial.

Con Bildoso hicimos un ´recordaris´ de esos chazutinos de épocas de antaño quienes, por sus singularidades, adquirieron notoriedad. Eran notoriedades locales, pero que contribuyeron a darles sellos precisos al desarrollo de un pueblo que, sin ellos, hubieran sido rutinarios. En buena cuenta fueron líderes porque trasmitían entusiasmo, porque nada destruye la voluntad de un pueblo como la rutina, la modorra y el aburrimiento. Y esos personajes contribuyeron a darle alegría a un pueblo de personas vivaces, querendonas y serviciales, de quienes se construyeron leyendas, como nos acaba de recordar Víctor Ayachi Soria en un ameno libro que me ha obsequiado.

Gracias a la conversación con Bildoso desfilaron por nuestros recuerdos esos personajes que llenaron épocas. Nos acordamos de don Amadeo Sangama, gran artesano preparando los enjebados que se vendían como bolsas y también cómo láminas para los manteles de las mesas de los wiracuchas y como protectores de las camas para los llullos ishpateros. ¿Cómo no acordarnos de Andrés Isuiza, gran defensa derecho del Club Progreso quien, jugando patacala, era mejor que Sergio Ramos? Recordamos también a Manuel Sangama Saboya, conocido como “Don Mudushu”, padre de un chazutino tinterillo y pendejo quien se las sabía todas pues, mientras los otros estaba de ida, él ya estaba de vuelta. Recordamos a Gregorio Saavedra quien le hizo patear quiruma con un gancho al mentón al famoso boxeador “Pata Amarilla. [Comunicando Bosque y Cultura – Comunicando].

 

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